Antonio Fernández: «Quiero ver a un Pontevedra valiente, que sepa presionar alto»

álex davila

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Regresar al equipo es para el técnico un «sueño» como lo fue ser jugador granate

18 ene 2023 . Actualizado a las 18:58 h.

Una semana de negociaciones fue lo que tardó Antonio Fernández (Ourense, 1978), nuevo técnico del Pontevedra, y el club granate en ponerse de acuerdo. Los grandes resultados y la gran imagen que dejó en su anterior club, el San Roque de Lepe, fueron el mejor aval para que en las oficinas de Pasarón se apostase por dejar el rumbo del equipo en manos de un técnico que el curso pasado se quedó a un punto de disputar el play off de ascenso a Primera RFEF en el grupo más poderoso de la categoría. Antonio se encuentra ahora familiarizándose con el que será su nuevo club, un equipo que ya sabe lo que es defender como futbolista (temporada 2011-2012) y en el que también fue jugador su padre.

—¿Cómo están siendo estas primeras tomas de contacto?

—De momento estoy en fase de enterarme un poco de cómo es la situación actual del club a nivel de jugadores y de instalaciones, todo lo el trabajo previo que conlleva el llegar a un club nuevo.

—Ser, como quien dice, de la casa le habrá hecho este proceso algo más sencillo.

—Sí, las cosas se facilitan, pero también aumenta la responsabilidad. Vienes a donde te criaste y eso es una responsabilidad extra. Yo estoy súper ilusionado, contento y orgulloso de poder ser yo el entrenador del Pontevedra.

—La directiva siempre ha hecho hincapié en que en el Pontevedra estén los que quieren estar. Supongo que dejar a un club en el que se encontraba a gusto es la mayor prueba de que Antonio Fernández quiere estar en el Pontevedra.

—Lógicamente. Ya quise estar en mi época de jugador, dejando el Ourense en agosto para firmar por el Pontevedra y esta vez no iba a ser menos. Yo estaba muy contento y a gusto en un club en el que he tenido una acogida fantástica y para el que he trabajado muy cómodo. Los resultados con el San Roque de Lepe avalan el trabajo que hice allí, pero el salto de categoría, el venir a casa y la oportunidad de entrenar al

Pontevedra tuvo su peso a la hora de tomar una decisión que tengo que decir que no fue fácil.

—De su pasado como jugador en el Pontevedra mencionó el exceso de presión como algo que le influyó negativamente. ¿En qué se diferencia el Antonio

Fernández futbolista del entrenador que hoy regresa?

—Son situaciones totalmente diferentes. El futbolista siempre quiere demostrar y yo venía de varias temporadas jugando fuera y de cuatro años en el Ourense siendo titular indiscutible. La exigencia de querer hacerlo muy bien, sumado a un cúmulo de circunstancias en las que no voy a entrar, hizo que no fuera el año soñado. Ahora el clima, siendo yo el entrenador, es totalmente diferente. Todo se ve de otra manera y veo una situación opuesta.

—Habló también de que venir a jugar al Pontevedra era un sueño cumplido. ¿Entrenarlo también?

—Como jugador tenía esa ilusión y ahora como entrenador también. Ha costado, el camino ha sido largo y el trabajo y el esfuerzo me han llevado a tener esta posibilidad de entrenar a este gran club en Primera RFEF. Para los que somos gallegos y criados en

Pontevedra, aunque yo nací en Ourense, es un sueño porque no es fácil.

—Este fue el año en el que se materializó su fichaje, pero su nombre ha sonado durante muchos veranos.

—Antes pudo haber alguna otra opción, pero quizás no se me vio preparado o no se dio la oportunidad. En el momento en el que hago los dos play off seguidos en el Alondras se me presentaron opciones también para ir a Coruxo, pero no se concretaron. Por eso cogí las maletas y me fui a un club a 800 kilómetros a hacerme un hueco en este mundo tan competitivo.

—En su presentación habló de política continuista. ¿Cuáles son esas pinceladas de autor que espera darle a su Pontevedra?

—Las pinceladas son mi forma de entender el fútbol, que es muy parecida a la que tiene la dirección deportiva. Quiero un equipo valiente, que presione alto y que maneje bien las transiciones tanto ofensivas como defensivas. Me gustaría tener un equipo sólido, que encaje poco y que cuando llegue a zona de ataque tenga argumentos suficientes para hacer daño. Este año el nivel de la categoría crece exponencialmente.