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Tres años a oscuras por un andamio en Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

La estructura lleva tres años colocada frente a varios negocios de la calle Rosalía de Castro

26 oct 2022 . Actualizado a las 16:02 h.

La paciencia se agota en la calle Rosalía de Castro. Llevan tres años sorteando un andamio para entrar y salir de sus negocios, tres años a oscuras, siendo emprendedores casi invisibles para el que transita por una de las calles más céntricas y comerciales de Pontevedra. Hartas de escuchar promesas incumplidas, las dueñas de estos negocios colgaron un cartel en el andamio para quejarse de una situación «insostenible». Al menos no quieren perder el derecho al pataleo. Es casi lo único que les queda. No pueden hacer mucho más desde que antes de la pandemia, el edificio contrató la rehabilitación de la fachada. En un principio iban a estar 16 meses, pero el tiempo se ha duplicado y no tiene un horizonte sencillo. Cristina González, de Zafiro Tours, reconoce que «estamos peor que nunca».

No hay obreros, los trabajos están sin finalizar y los propietarios estudian medidas para poder zanjar una obra que los trae por el camino de la amargura desde junio del 2019. El edificio ocupa toda la manzana, sus fachadas dan a Rosalía de Castro y a la calle san José. El andamio empezó por un lado del inmueble y se fue moviendo a medida que avanzaban las obras hasta que se ha estancado.

Lo sabe bien María Rey, propietaria de La Audiencia. Tenía su negocio en un bajo con fachada a la avenida reina Victoria, pero viendo que el andamio la ocultaba de la vida diaria, decidió moverse a Rosalía de Castro, donde estaba antes Bicos. La estructura metálica se vino con ella. Conchi Rodríguez, responsable de la tienda de moda Trevede, recuerda que tuvo la escalera del andamio y el váter durante meses delante de la puerta. «Los escaparates son lo que vende y si no se ven, pues no se vende. Nosotras fuimos a quejarnos al Concello, pero solo se movió por la voluntad de uno de los obreros», recalca Rodríguez con una resignación pesimista. Es el sentimiento que tienen casi todos los negocios de la zona. Ópticas Revenga, el Bendrell, la panadería Tía Adega (que abrió tras la pandemia y cerró en pocos meses mes), Bess Two, la Audiencia, Zafiro Tours o Trevede siguen sufriendo una obra inacabada. Algunos todavía tienen el andamio sobre sus escaparates, pero a todos les afecta una especie de jaula de almacenamiento de material que montaron frente Halcón Viajes y obliga a desviarse a los paseantes. «Al ver al fondo esa estructura se van hacia el otro lado de la calle y ya no se acercan a los escaparates», explica Carmina Mora, una de las dueñas de la tienda de moda Bess Two, que pensó que antes de llegar las fiestas ya habrían retirado la estructura. «Algunas clientas que entran nos dicen que no sabían que estábamos aquí», lamenta Silvia Díaz, responsable de la tienda de telas y arreglos de Bendrell.

Adiós a la esperanza

El pasado mes de julio un grupo de albañiles enviados por la empresa vinieron a retirar el andamio, pero cuando habían comenzado los trabajos pararon de forma inesperada y se marcharon. «Nos habían dicho que en un par de días estaba fuera todo y al final seguimos igual, el otro día vinieron por aquí unos operarios, pero nos dijeron que los habían liquidado», explica una de las afectadas, que reconoce que nadie les dé una explicación. «No somos propietarios de los bajos, así que no podemos hacer nada de forma oficial», lamentan algunas de las emprendedoras.

Tampoco desde la comunidad de vecinos saben que va a ocurrir. Tienen todo en manos de sus abogados, con los que esperan reunirse en breve, antes de que termine agosto. A la fachada le quedan algunos recercados de aluminio en el exterior y retoques en el patio interior. El último contacto que han tenido con la empresa fue en julio, cuando le dijeron que si no le hacían uno de los pagos retiraban el andamio en 24 horas sin acabar los trabajos. La comunidad hizo ese pago, que no descarta reclamar ahora por no estar de acuerdo, y nadie ha vuelto a aparecer por la calle. La Voz de Galicia ha intentado sin éxito hablar con la empresa a lo largo de todo el día. Desde el Concello de Pontevedra aseguran que la licencia de la obra finaliza el próximo 9 de noviembre. Ese es el día que todos estos negocios esperan para ver si acaba algo que para ellos es «el cuento de nunca acabar».

Algunas de estas mujeres que están al frente de los negocios de ropa se han planteado incluso trasladar sus tiendas a otra calle. La cronificación de la rehabilitación les ha llevado a buscar alternativas en otras zonas comerciales. «Está todo carísimo, pero claro que nos hemos puesto a buscar otro sitio por si esto no acaba», explica Conchi Rodríguez, que sufrió el váter, la escalera del andamio y ahora sufre al ver como la gente se aleja de su escaparte por la acera de enfrente. Todos los negocios gritan a través de su pancarta «una solución ya».