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El ancestral arte de usar conchas de ostra para los edificios en la ría de Pontevedra

Marcos Gago Otero
Marcos Gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Las conchas de ostra asoman entre las piedras de las paredes de la capilla de san Miguel, en Tambo
Las conchas de ostra asoman entre las piedras de las paredes de la capilla de san Miguel, en Tambo M.G.

La ermita de San Miguel en la isla de Tambo preserva el registro de una técnica constructiva muy antigua

12 sep 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Las paredes de piedra de la varias veces centenaria capilla de San Miguel, en Tambo, se alzan desafiando a los elementos, que por su parte se han vengado despojándola de su techumbre, sus suelos y desnudando sus paredes de sus revestimientos. Y al hacerlo han sacado a la luz las pruebas de un antiguo sistema de construcción que hoy en día sería a la par extraño e imposible. Extraño porque entre las piedras que conforman esa construcción del siglo XVIII sobresalen las láminas de las conchas de ostra que los canteros de su tiempo usaron como unión de las piezas de piedra entre la argamasa. Imposible porque en la actualidad ni hay tanta ostra gallega para poder utilizarla en construcción -a la mayoría la mató una plaga en el siglo XX-, ni alcanzarían ese tamaño tan grande como el que se ve en las paredes de Tambo. Son la evidencia de un tiempo en que se desconocía la expresión economía circular, pero sí se ejecutaba su concepto. Las conchas de ostra no se tiraban, sino que se reciclaban en los edificios.

Las ruinas de la iglesia de san Miguel en Tambo
Las ruinas de la iglesia de san Miguel en Tambo CAPOTILLO

El uso de las conchas de ostra para la construcción procede de una época tan remota y dejó de utilizarse hace ya tanto tiempo que apenas hay ejemplos visibles, quizás el mejor preservado sea precisamente esta ermita en Tambo. Sin embargo, en toda la comarca, en cuanto la piqueta empieza a demoler un edificio de más de un siglo y medio o se realiza una rehabilitación, aparecen las ostras por todas partes. No es la única concha que se ha utilizado para la construcción. El uso de la vieira como aislante en las paredes es mucho más frecuente y todavía hay ejemplos dispersos por la comarca, destacando sobre todo la ermita de la isla de A Toxa, en O Grove, pese a todos los esfuerzos de los vándalos por dejar su firma en las cubiertas de los bivalvos. La vieira, además, es un producto que se ve con frecuencia en las plazas y un molusco del que con relativa frecuencia pueden encontrarse conchas en las playas. No así la ostra.

Conchas de ostra en la ermita de Tambo
Conchas de ostra en la ermita de Tambo M.G.

A pesar de todo, la técnica de utilización de concha de ostra para ayudar a asentar las hileras de piedras se empleó durante siglos. Aparecieron en rehabilitaciones de viviendas marineras en el barrio de A Banda do Río, en Marín. Su uso está constatado en Bueu, en Beluso, en Sanxenxo, en Portonovo y en el mismo centro histórico de Pontevedra. No obstante, su propia ubicación, en la unión de las paredes, es la razón de que así como aparezcan se desvanezcan de la vista, en cuanto la nueva capa de revestimiento de fachadas y habitaciones recubre los muros. Así que, por ahora, y mientras nadie retoque la pared de la vieja ermita poiense, Tambo exhibe ese ejemplo de una técnica constructiva cuya memoria casi se ha perdido en el transcurso de los años.