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La tapa más vanguardista de España está en Pontevedra

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Cedida

Rubén González, de El Cafetín, gana el premio nacional con una elaboración a base de pulpo

10 nov 2022 . Actualizado a las 21:57 h.

El rey de las tapas está en Pontevedra. Rubén González, el alma de El Cafetín, se llevó el premio a la mejor tapa vanguardista en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas que se celebró en Valladolid este miércoles. Octópoda llegó a la mesa del jurado en un bocado. El rey de las tapas optó también por uno de los reyes de los mares para meterse el primer premio en el bolsillo después de que cerca de medio millar de propuestas presentasen sus candidaturas al concurso.

De ese pelotón inicial, solo 46 llegaron a la última fase. Las mejores elaboraciones debían pelear por el primer premio, por ser la mejor de toda España. «Desde el lunes fuimos compitiendo hasta que ayer miércoles se celebró la final», subraya González, que este fin de semana servirá este plato de pulpo en su local de la Alameda.

Pero, ¿qué le ha llevado a tener la mejor tapa de vanguardia? «La idea fue mía, aunque esto es un trabajo de equipo que queríamos que tuviese como base el pulpo. Acordamos que fuesen un montón de elaboraciones en un solo bocado», advierte. El jurado no dudó en darle el máximo reconocimiento a un plato que llevaba un bollito esférico relleno de un guiso marinado con pulpo como base, un demi glacé de pulpo, que se servía en una pipeta pinchada, un punto de alioli de pulpo encima del bollito, cabeza de pulpo crujiente y lámina de pulpo seca como homenaje a los métodos de conservación tradicional. Por último, pulpo de tierra, una berza que aportó el sabor vegetal. «Quisimos hacer un guiño divertido y por eso pusimos pulpo de tierra», comenta González, sobre una tapa que se presentó dentro de una muñeca vestida con el traje regional.

Para emular ese ambiente que recordase a Galicia, el cocinero preparó una especie de bruma que salía al abrir la muñeca. Lo logró empleando hielo seco y agua de laurel para aromatizar y dar más efecto a la presentación ganadora. «Haber estado de jurado en otros concursos me dio cierto bagaje. Vinimos a concursar ya una vez, pero no teníamos muy claros algunos conceptos», explica Rubén González, que ahora sabe que las tapas tienen que ir en un bocado, sin tenedor ni cuchara. «Debe comerse con la mano en una o dos veces», subraya el responsable de El Cafetín, que recalca el valor que tiene para él haberlo conseguido entre los candidatos que había. «Competimos con cocineros que tenían una o dos estrellas Michelin y con otros que tienen cocinas con I+D para poder desarrollar su plato, así que el premio vale mucho más para mí». 

Además del jurado, su plato solo lo ha podido probar en el local de Valladolid que lo apadrinaba. Los locales de la ciudad anfitriona servían la tapa de uno de los candidatos. Rubén González preparó 300 unidades para sus padrinos. Y desde este viernes lo hará para sus clientes de Pontevedra.