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A mi padrino, José Luis Torrado, «O Bruxo»

Román Gutiérrez da Silva

PONTEVEDRA CIUDAD

Imagen de José Luis Torrado, bailando con un grupo de gaiteiros
Imagen de José Luis Torrado, bailando con un grupo de gaiteiros Familia Torrado

El recuperador deportivo falleció este sábado en el Hospital Provincial de Pontevedra

16 jul 2023 . Actualizado a las 14:02 h.

Mi tío y padrino Jose Luis Torrado, O Bruxo, decidió este viernes parar el ritmo y marcharse en busca de nuevos mundos después de recorrer el planeta (literalmente) durante más de 88 años.

O Bruxo era una institución en sí mismo por la importancia de su labor, profesión y experiencia por haber dedicado su vida a aprender y a enseñar a curar con métodos naturales. Fue pionero y precursor en colocar a la fisioterapia en el mapa de la medicina.

Pero como ya se que sus logros profesionales están mas allá de toda duda me gustaría escribir como era para mí la persona. Lo primero es que era el marido de mi increíble tía María Rosa, auspiciadora en la sombra de todos y cada uno de los éxitos de Torrado entre los que están mis cuatro primos Rosi, Marta, Alba y Lote.

Lo segundo es su carácter bueno y generoso. Y lo tercero, y quizá menos conocido el orgullo de clase que sentía de sus humildes orígenes. Aun no hace mucho tiempo me contó, con las lágrimas en los ojos, como se sintió cuando entregó a su padre su primer sueldo. Mis mayores y mejores recuerdos ligados a mi padrino tienen mucho que ver con una vetusta, vieja y encantadora buhardilla que compartíamos tres familias (y alguno mas) todas las Navidades en la casa de nuestros abuelos que teníamos en la calle Virgen del Camino.

En esas fiestas llenas de comida y vino (como no) Torrado cocinaba, cantaba, bailaba el Twist de manera increíble e incluso realizaba trucos de magia y sacaba billetes de mil pesetas de las orejas mientras discutía con mi padre de política. Mi hermanos, mis primos y yo aprendimos a reírnos con él y de él cuando hacía el payaso y, quiero creer, que él con nosotros.

Su particular mostacho, su manera campechana de ser, de hablar, de actuar, generaba tanta empatía que era muy difícil no rendirse ante la evidencia: O Bruxo caía bien. Y si por encima cocinaba (para ti y todos los amigos que se quisieran apuntar) un cabrito o espeto durante veinticuatro horas mientras te hablaba de las propiedades mágicas de los aceites, de su pasión por el deporte, de sus viajes, te ofrecía un vino excepcional que siempre le regalaba alguno de sus múltiples amigos…¿Se podría pedir más?

En fin.

Torrado era un ser humano extraordinario, sencillo y complejo a la vez: buen comedor, mejor cocinero, gran deportista y amante de la vida (de ahí la elección de la foto). Las dos características que mejor lo reflejaban eran su pasión por su familia y ser amigo de sus amigos. Hoy su nieta Olaya, que es Zurda en lo político como casi todos en la familia menos el difunto, dijo para reírnos y consolarnos: «Bueno, un voto menos para el PP».

¡Buen viaje padrino!