Pinchos gratis que valen como una comida en Pontevedra: de un sándwich mixto a un cruasán entero

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El encargado del Donegal's lleva tres tapas de lacón, al tiempo que señala la pantalla en la que aparecen todos los pinchos salados gratis que ofrece el local
El encargado del Donegal's lleva tres tapas de lacón, al tiempo que señala la pantalla en la que aparecen todos los pinchos salados gratis que ofrece el local CAPOTILLO

Bares de la ciudad ofrecen tapas variadas de cortesía para ganar clientela

06 jun 2024 . Actualizado a las 12:58 h.

Es casi imposible encontrar a una persona a la que no le guste de vez en cuando tomarse un café a media mañana o una caña al salir de trabajar. Aunque cualquiera de estas cosas se pueden preparar en la cocina de casa, parece que sabe mejor si nos lo sirven en una terracita y lo acompañan de un bocado para entretener el estómago. En la hostelería de Galicia se ha impuesto desde hace años que con cada consumición el hostelero sirva un pincho cortesía de la casa. Ese gesto de buena voluntad por parte del empresario se ha llevado a la excelencia en algunas cafeterías de Pontevedra, donde pueden llegar a ofrecer una carta con hasta 25 opciones que convierten el aperitivo en una comida.

A primera hora de la mañana, en la cafetería Donegal’s ya solo quedan unas mesas al fondo. En las bandejas van cafés y unos paquetes de papel con el pincho dentro. Unas pantallas colgadas en las paredes muestran el menú de desayunos, pero también la oferta de pinchos gratis. El café se puede acompañar de un sándwich, un dónut, un cruasán, una napolitana, bizcocho, fruta o un incluso un yogur. «El café cuesta 1,80 y puedes escoger lo que quieras, pero los cruasanes o las napolitanas, por ejemplo, sin enteros. Ese es uno de nuestros puntos fuertes», explica Manuel Rodríguez, encargado de esta popular cafetería de la plaza de Barcelos, que advierte de que a partir del mediodía, la pantalla cambia el menú dulce y anuncia los aperitivos gratis que acompañan a los refrescos.

Aquí la lista es interminable. Supera los 15 tipos. Desde melón con jamón, a nachos con guacamole y chédar, tabla de embutidos o de quesos, lacón, albóndigas o el más que popular, el sándwich mixto, una opción que se repite durante todo el día. La pregunta es obligada. ¿Es rentable? «Fijamos un coste máximo del pincho para que nos compense y vemos qué podemos encajar en él», señala el propietario Chema de la Torre, que reconoce que hay que hacer encaje de bolillos para que sea rentable. Pero lo es. «Desde el principio quise dar pinchos de calidad, si vienes y te pides diez consumiciones te tomarás los diez pinchos que quieras. Al tener muchos clientes , puedes hacer pedidos con precios más competitivos», explica.

El temor a que este sistema tire por tierra la carta convencional de desayunos no les preocupa porque incluso ahí tienen su oferta. «Por 3,60 te puedes tomar café, zumo y uno de los pinchos de la carta», apunta el encargado.

La cafetería O Forno da a escoger una lista de pinchos dulces y salados para acompañar su consumición
La cafetería O Forno da a escoger una lista de pinchos dulces y salados para acompañar su consumición Ramón Leiro

Esa gancho que tiene el Donegal’s se ha empezado a extender por la ciudad. O Forno, que cogió el traspaso del Americano, en la calle Riestra, tiene una pizarra detrás de la barra en la que detalla los pinchos gratis que pueden acompañar al café o al refresco. Bastan unos minutos para comprobar que la tostada con tomate y aceite o la que lleva queso fresco con nueces y miel está entre las opciones favoritas de quienes toman un café de 1,45 euros. «Un día vi en Vigo que me sirvieron una tostada con el café y pensé en ponerlo en mi local que hasta hace poco era solo despacho de pan», apunta Bibian López. Esa oferta revolucionó su negocio. «Pasé de servir 30 cafés al día a hacer 140», explica esta joven emprendedora que pese a dar opción de escoger pincho a los clientes, recalca que si el servicio no es bueno, no hay trabajo. Al igual que el responsable del Donegal’s, sabe que podría sacar mucha más rentabilidad a los cafés o las cañas, pero «estoy contenta con este sistema y hace que la gente vuelva».

Los platos de cuchara triunfan en la cafetería Borona, en la calle Joaquín Costa
Los platos de cuchara triunfan en la cafetería Borona, en la calle Joaquín Costa Ramón Leiro

Los hosteleros que explotan este sistema de pincho gratis a escoger entre una amplia variedad recalcan que la única clave es la rotación de los clientes. «Deja poco margen comercial, pero el volumen de gente que pasa a diario hace que sea rentable», comenta Javier Presas, responsable de la cafetería Borona, en la calle Joaquín Costa. Por una caña o un vino saca su carta de pinchos. Los lunes hay oreja con patata cocida; los martes, lentejas; los miércoles y los jueves, fabada, y los viernes y sábados, callos. Ese es el menú a que despliega al mediodía, pero por las tardes cambia. Y los completa con cuatro o cinco pinchos más entre las que destaca la tortilla, boquerones, ensaladilla o estofado. «Esta forma de trabajar consigue fidelizar a la clientela, que ya viene sabiendo lo que hay», subraya Presas.

A estos tres hosteleros les funciona este sistema con el que muchos de sus clientes comen por el precio de una consumición. «Trabajadores de Benito Corbal bajan y piden un refresco y un café a la hora de comer y ya está», confiesa Chema de la Torre, que en ha dado con la tecla que combina la rentabilidad con el mejor gancho para repetir, ofrecer un pincho gratis y rico.