Pedro Báez, presidente de Ponte Corazón: «Con la asociación se trata de tirar unos de otros, de generar contacto y ayuda»

PONTEVEDRA CIUDAD

Sufrió un infarto con 63 años y pasó por la unidad de rehabilitación cardíaca
06 ene 2025 . Actualizado a las 13:11 h.Acaban de nacer como colectivo, pero tienen muchas ganas y decenas de ideas. Al frente de Ponte Corazón, la asociación de pacientes cardíacos de Pontevedra, está Pedro Báez Alfonsín (Venezuela, 1960). La cara visible de esta agrupación se crio en Canarias y vive en el municipio de Pontevedra. En diciembre del 2023 se jubiló como director de una mutua y cuando empezaba a disfrutar de esta etapa vital sufrió un infarto. Fue el 18 de mayo del 2024. Había dejado de fumar ocho meses antes —llegó a consumir entre dos y tres cajetillas— y el ataque cardíaco le sobrevino en el gimnasio. Quería ponerse en forma porque tenía la boda de un hijo. Estaba en ese momento con su mujer, que se quedó en shock y se llevó «el susto de su vida».
Tomando un café en Pontevedra cuenta Pedro que estar en el gimnasio le salvó la vida. Había gente a su lado y se actuó rápido. Sufrió una parada y lo tuvieron que reanimar. Unas maniobras que como secuela le dejaron tres costillas rotas. Él lo supo después porque no se acuerda de nada e incluso tiene lagunas de días anteriores. «Lo sé porque me lo han contado, yo no estaba mareado ni nada. Perdí el conocimiento y la noción de cosas que había hecho la semana anterior, como ir a una feria en Jerez. Eso lo achacan al tiempo que estuve inconsciente, estuve en el otro lado», relata. Su infarto lo provocó una obstrucción de las arterias de más del 90 %. Ahora toma seis pastillas diarias.
Plenamente recuperado tras su paso por la unidad de rehabilitación cardíaca del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), donde completó el programa de seis semanas, Pedro confiesa que ahora se cuida mucho más que antes y sigue las recomendaciones que figuran en su informe de alta, tras una prueba de esfuerzo final.
El objetivo de este programa es la prevención, pero también la adherencia de los enfermos de corazón a tres pilares de la vida saludable: alimentación, ejercicio y relajación. Practica deporte —bici estática dos días a la semana, pádel y golf— y se alimenta mejor. «Como más vegetales, más fruta, y tienes que eliminar un poco todo lo que nos gusta. No sé por qué será que todo lo bueno es malo», ríe. También tiene tiempo para dar conciertos con el orfeón Pontus Veteris, donde toca la bandurria como en su época de tuno.
Confiesa que se tiene miedo al después, sobre todo, por lo que puedes dejar atrás. En su caso, tiene una hija adolescente y un nieto del que todavía no ha disfrutado, y una mujer que no está jubilada y con la que quiere hacer planes de viajes. Ponte Corazón pretende ser un lugar de encuentro para los pacientes cardíacos, aquellos que han sufrido un infarto o tienen una insuficiencia cardíaca, pero también un apoyo para sus familias.
Hacer esfuerzos
Dice Pedro que el paso por la unidad de rehabilitación cardíaca le ha valido para concienciarse y ver la capacidad de hacer esfuerzos. «En mi vida hice menos esfuerzos del que realicé en el servicio. Allí se trabaja, entre ejercicios de fuerza con pesas y cardio en bici estática, que nunca me gustaba y ahora me he comprado una. Allí tenías la tranquilidad de que hacías el esfuerzo monitorizado en la planta y con todo el equipo», expone.
Crear la asociación partió de la unidad de rehabilitación cardíaca para dar voz y conocimiento a lo que se hace allí y, sobre todo, para una vez que se sale exista un respaldo. «¿Qué pasa después? Es la gran pregunta. A partir de ahora qué hago».

Señala Pedro que él sí que ha interiorizado esos hábitos saludables, que ha incorporado a su vida, pero que no todo el mundo es capaz o lo hace al mismo ritmo. También hay momentos de flaqueza y hay que tener mucha fuerza de voluntad. «Se trata de tirar unos de otros, de generar contacto, promover acciones de ayuda mutua, colaborar con las instituciones, exigir de los organismos, y digo exigir, porque la unidad de rehabilitación cardíaca está muy bien pero pensamos que podría llegar a más gente y más tiempo», subraya. El programa son seis semanas. Pedro confía en que con el nuevo hospital se amplíe la unidad.
La asociación se constituyó el pasado 15 de noviembre y una vez que reciban el CIF de la Xunta quieren hacer una campaña de captación de socios en el área sanitaria. En la directiva están seis personas. Todos hombres: «Hay mujeres, se le propuso a dos de ellas, pero no quisieron». Junto a Pedro, figuran Pedro Pérez, Jesús Manuel Rodríguez, José Luis Porto, Álvaro Valcarce Gómez y José Antonio Cuevas. Lo que les une es la patología, «la caja», sin límite de edad, ni por arriba ni por abajo.
Quieren hacer labor preventiva en colegios, empresas y asociaciones, y cuentan con colaboradores del servicio de cardiología. En la unidad también se hacen charlas de temática diversa (dietética, hábitos, sexualidad, tabaquismo, rcp...). Les gustaría asimismo poder firmar un convenio con la Universidade de Vigo para hacer pruebas en la Facultade de Fisioterapia, y contactar con otras asociaciones de pacientes gallegas y españolas.