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Farmacéuticos de Pontevedra y asociaciones se unen en una pionera campaña para que se conozcan mejor las patologías vasculares periféricas

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La campaña para dar visibilidad a las patologías vasculares periféricas se presentó este miércoles en la sede del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra
La campaña para dar visibilidad a las patologías vasculares periféricas se presentó este miércoles en la sede del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra Ramón Leiro

Subrayan el impacto en la salud, pero también económico y social de enfermedades como el lipedema, el linfedema o la insuficiencia venosa, que están infradiagnosticadas y olvidadas

23 abr 2025 . Actualizado a las 19:19 h.

Una colaboración pionera en España. Es la que llevarán a cabo el Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra y tres colectivos, dos asociaciones de pacientes y una clínica, para visibilizar y mejorar el conocimiento de diferentes patologías vasculares periféricas. Son el lipedema, el linfedema y la insuficiencia venosa, todas ellas enfermedades inflamatorias de evolución lenta y crónicas. Este miércoles se presentó la campaña que se desarrollará en las boticas de la provincia y que pretender ir mucho más allá de exhibir un cartel muy ilustrativo. Lo dijo la presidenta de los farmacéuticos de Pontevedra, Beatriz García. La campaña da continuidad a una acción formativa ya realizada para formar en esas patologías a los colegiados. Una iniciativa que se desarrolló con la Asociación de Afectadas de Lipedema de España (Adalipe), la Asociación Galega de Linfedema, Lipedema e Insuficiencia Venosa Crónica (ALG) y la clínica de terapia linfática C1dema, con sede en Vigo.

La campaña busca, además de hacer reconocibles visualmente esas patologías, ofrecer consejo farmacéutico y derivar a los posibles pacientes a las asociaciones de referencia para que sean estas quienes los dirijan a los profesionales más adecuados. «El valor del consejo farmacéutico es un pilar de la educación sanitaria, queremos resolver dudas y fomentar la derivación a las asociaciones», dijo Beatriz García. Alba González, presidenta de Adalipe, afirmó que la campaña «va a ser un antes y un después» para llegar al diagnóstico. Quieren aprovechar que la farmacia es muchas veces esa vía de entrada para ayudar a personas que no saben qué les ocurre, ya que son enfermedades infradiagnosticadas. «Vamos a poner a Galicia en el mapa», añadió. Tanto ella como María Araújo, trabajadora social de ALG, y Román Rodríguez, fisioterapeuta que dirige la clínica C1dema, agradecieron la implicación del colegio.

Poco conocidas e infradiagnosticadas

Reiteraron desde las asociaciones que son patologías todavía poco conocidas e infradiagnosticadas. ¿Por qué? Román Rodríguez señaló que en el caso del linfedema primario es una enfermedad rara y aparece sin causa aparente. Respecto al linfedema secundario, más asociado al cáncer de mama, o el lipedema comentó que son patologías que afectan más a mujeres y que todavía hay un machismo en la sociedad que se traslada a cuestiones sanitarias. En cuanto a la insuficiencia venosa, subrayó que si es primaria no se le da mucha importancia. Y fue muy gráfico al asegurar que los médicos se fijan más en las arterias que en las venas. «Si con la campaña se empieza a diagnosticar va a ser un impacto brutal que va a cambiar el paradigma que está instaurado», expuso.

Alba hizo hincapié en que de todas las patologías el lipedema es quizá la más desconocida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció esta enfermedad en el 2018, pero la clasificación internacional de enfermedades (CIE) «es antigua y no aparecemos». La presidenta de Adalipe apuntó que el profesional no tiene la formación y no conoce la patología, por lo que no puede derivar. «Los especialistas a los que te derivan, si consigues llegar, son los de vascular y rehabilitación, pero no conocen la patología. Saben el nombre, pero no saben qué pueden hacer por ti». No se olvidó del impacto que tiene el lipedema a nivel social al afectar sobre todo a las extremidades inferiores. Son piernas grandes por la acumulación anormal de grasa subcutánea y en la sociedad de la estética da lugar a bullying o a que se piense que es por comer mucho. Parece que el mensaje, si eres mujer o gente mayor, es: «Aguántate».

No pueden quedar desamparadas

María aludió a que el linfedema también afecta a algunos hombres, que no llaman por vergüenza al pensar que es una enfermedad de mujeres. En la presentación también se habló de tratamientos y del impacto económico de estas enfermedades. Román señaló la «hipocresía» que se da con el lipedema, donde no se ofrece tratamiento en la Seguridad Social, más allá de unas medias de comprensión que no son las adecuadas. Alba insistió en que debería haber unidades multidisciplinares en la sanidad pública porque el tratamiento no implica solo a un especialista. Lo que no puede ser, reiteró, es que las pacientes queden desamparadas. «Por lo menos debería darse una información en la Seguridad Social y decir, llegamos hasta aquí. Porque hay casos muy dramáticos en los que tienen que actuar. Son enfermedades incapacitantes en las que el cuidado de la piel es muy necesario ya que, en casos extremos, se producen úlceras con desastres increíbles que pueden llegar a amputaciones».

Desde Adalipe inciden en que muchas veces el coste de afrontar la enfermedad depende «del dinero que te puedas permitir. ¿Y si no lo tienes?». Puso como ejemplo que solo en medias de compresión, las ortopédicas de tejido plano (no las de tejido circular que sí cubre la sanidad pública), son unos mil euros al año porque se necesitan dos pares. A esa cantidad hay sumar cremas para la piel, fisioterapia, nutricionista o cirugía, que nunca es una, y que pueden irse «desde los 6.000 a los 15.000 euros». «La Seguridad Social no te da la baja porque la patología no existe y se da el caso de personas que usan sus vacaciones para poder operarse», concluyó Alba. Es difícil saber cuántos afectados hay en Galicia o en España, pero Román estimó que, juntando las tres patologías, «una de cada dos personas la tiene o la va a tener».