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Yago Iglesias, el maestro de la reconstrucción del Pontevedra que asombró a España

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Yago Iglesias, con su segundo entrenador, Álex Otero, y el preparador físico, Jonatan Fernández
Yago Iglesias, con su segundo entrenador, Álex Otero, y el preparador físico, Jonatan Fernández RAMON LEIRO

Llegó hace dos años con el objetivo de devolver al equipo a Primera. Le dio identidad siendo fiel a sus ideas y llegó a octavos de Copa

24 abr 2025 . Actualizado a las 18:43 h.

El pasado domingo después de que el Pontevedra hubiese logrado el ascenso a Primera Federación se vio a un Yago Iglesias desconocido. Estaba exultante. La prudencia de cada semana se había transformado en una felicidad sin peros. Cumplía el objetivo por el que había llegado al club en junio del 2023. A él se le encomendó la reconstrucción de un equipo que estaba roto después de haber descendido a Segunda Federación en un año en el que cambiaron tres veces de entrenador. Lo cauto que es antes de cada partido desapareció al tener el campeonato en el bolsillo. Aún no había acabado el partido contra el Laredo y se acercó a la grada para besar a su mujer. El resultado era un 4-2 que a tres minutos del final no tenía marcha atrás. Abrazó a su cuerpo técnico por dos años en los que hicieron parecer fácil lo que confesaron varias veces como difícil. Junto a la grada de fondo y con la euforia del ascenso, el míster reconoció que el equipo se le merecía, pero «los hombres de negro», también. Así es como llamó a su cuerpo técnico por la ropa de faena negra con la que entrenan.

El «profesor», como se refirió a él Fernández Lores en la recepción del Concello, había cumplido el objetivo con el que llegó a una ciudad que supo reengancharla a la causa. No juega los partidos, pero conoce a la plantilla y supo dar a cada uno su protagonismo apostando por la versatilidad. Poco amigo de los roles, reconoce que el secreto del éxito es la «piña» en la que se ha convertido este Pontevedra. «A veces de máis», añade con ironía. Les enseñó a ser protagonistas con balón y muy verticales. Solo así, llegando una y mil veces se puede ganar. Repitió lo mismo cada semana, aún cuando los resultados eran adversos. Sumar de tres en casa era una obligación, pero había que pelearlo también a domicilio. Con esa filosofía y a dos jornadas de que acabe la liga, ya son campeones con 69 puntos. De esos, 43 se sumaron en Pasarón, donde solo han perdido un encuentro y empatado otro.

Yago Iglesias cumplirá este mes de junio dos años en el equipo. Apostó por el Pontevedra después de dos temporadas en el Zamora y cinco en el Compostela, donde revolucionó el club y se abrió muchas puertas. Su aterrizaje en Pontevedra venía con un mensaje claro de la presidenta. Es hora de levantar al equipo. Y lo hizo. Este lunes, en la Casa Consistorial, y rodeado de sus jugadores, resumía así estas dos temporadas. «O ano pasado sentamos unhas bases, era importante facer as cousas ben. Se algo fixo este Pontevedra é que somos recoñecibles e para min, iso é o maior éxito», decía el entrenador de Ribeira de 42 años.

Proyectos a medio plazo

Sus proyectos son siempre a medio plazo. Necesita tiempo para amoldar los equipos a su estilo. Lo hizo en todos los que estuvo, desde que debutó como primer entrenador en el Palmeira hasta ahora, que devolvió al Pontevedra a Primera Federación. Esas ganas de ir paso a paso que siempre exhibe le llevan a no firmar por más de una temporada. También aquí quiere ir año a año. En junio expira su contrato y habrá que ver si quien cumplió el objetivo que le marcaron, los dirigirá en la nueva categoría. La dirección siguió confiando en él para dar continuidad al proyecto después de haber caído el año pasado en el play off de ascenso.

A dos semanas para acabar la liga, todavía no se ha puesto sobre la mesa qué pasará. Lo primero es cerrar una temporada «espectacular», como reconoció la presidenta, Lupe Murillo, antes de iniciar una mesa de negociación a la que también se tendrán que sentar muchos jugadores.

El escenario ha cambiado. Ese Pontevedra que metía poco más de dos mil espectadores en Pasarón rozó el lleno en la Copa y en los partidos claves de la temporada. El enganche de la afición al club se debe en parte a Yago Iglesias. Una vez más, los números evidencia el buen camino. Si al empezar la liga había 2.193 socios, hoy el Pontevedra supera los tres mil, en concreto 3.025.

El técnico es la cabeza visible, pero la clave de los «hombres de negro» es el grupo

 

 

Yago Iglesias es la cara más visible, quien cuenta en cada previa cómo ha ido la semana y lo qué esperan del partido. Cauto en sus palabras y exigente sobre el terreno de juego, no está solo al mando de la plantilla. Su equipo, esos «hombres de negro» a los que hacía referencia tras ganar al Laredo son sus incondicionales. Hace diez años que puso junto a él a Jonatan Fernández, su preparador físico, y a Álex Otero, que lo acompaña desde hace una década como segundo entrenador. Ambos son de Ribeira y se incorporaron a su equipo después del paso de Yago por Arabia Saudí, donde ejerció de preparador físico. Otero e Iglesias dirigieron al Compos y al Zamora y sacaron adelante este Pontevedra de Primera. Ya no se entienden uno sin el otro. Forman el equilibrio perfecto.

A este tándem se suma Jonatan Fernández (Joni), que se encarga de la recuperación física y Adrián Docampo asume la tarea de analizar al equipo y a los rivales. Moncho Fernández lleva años encargándose de la preparación de los porteros en el Pontevedra, al igual que Manu Barros está al frente de la fisioterapia. Estos dos últimos son los más veteranos del equipo y siempre estuvieron vinculados al Pontevedra.

Los hombres de negro han recibido la enhorabuena de muchos entrenadores que visitaron Pasarón esta temporada. Marcelino García Toral, del Villarreal, reconoció en rueda de prensa tras su derrota en Copa del Rey que vio «a un Pontevedra fenomenal, un equipo desconocido a lo que hacemos a lo largo de la competición diaria. Nos superó en todo». En la misma línea, Jagoba Arrasate, aseguraba que el partido de los granates contra el Mallorca había sido un «duelo entre iguales, sin diferencia de categoría, donde han jugado mejor». Y es precisamente eso lo que quiere transmitir Yago en cada partido: buen juego.