El 112 situó a Pontevedra, Sanxenxo y Vilanova entre las localidades más afectadas de la provincia
12 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Con olas de diez metros en Ons y vientos de 136 kilómetros por hora en Xesteiras, el temporal dejó este fin de semana todo un reguero de incidencias. Desde el 112 precisaron que, en la provincia, se contabilizaron 264 emergencias situando a Pontevedra, Sanxenxo y Vilanova entre las localidades más afectadas por el paso de Félix.
En la capital provincial, el río Gafos registró la primera crecida del año inundando fincas y terrenos, mientras que en el casco urbano el temporal «resolveuse con pequenas incidencias en distintos puntos», reseñaron desde el Concello. En el Chalé de Fontoira se retiraron tejas; en Campañó, un árbol se precipitó sobre un coche; y en A Devesa (Alba) se talaron dos ejemplares que impedían el acceso a viviendas. Está pendiente de seguimiento una rama de eucalipto que amenaza con desplomarse en la bajada de Monte Porreiro, mientras que en Iglesias Vilarelle se retiró un vehículo que, presumiblemente, fue desplazado por el viento hasta impactar contra otro.
En la playa de A Mourisca, Bueu, vararon una veintena de grandes piedras negras, mientras que en Aguete, Marín, un velero se soltó de sus amarres y tuvo que ser recuperado por Salvamento Marítimo frente a la costa de Raxó, en Poio. En este municipio, Protección Civil y Policía Local tuvieron que lidiar con árboles caídos, bolsas de agua, contenedores movidos y puntuales cortes de luz, incidencias que también se sucedieron en otras localidades.
En Sanxenxo, unas chapas del centro de salud de Baltar volaron por los aires, al igual que ocurrió con un módulo de la playa de Canelas, que quedó completamente destrozado. En las proximidades de este arenal, un árbol se precipitó sobre el garaje de una casa, mientras que en el CEIP de Nantes un tobogán infantil se fue al suelo y en el colegio de Portonovo el viento rompió persianas.
En Arnois, A Estrada, un talud se desplomó sobre un establo dejando tocada la estructura, circunstancia que obligó a evacuar el ganado. La masa de tierra y piedras hundió el tejado y causó grietas en los paramentos, con el consiguiente riesgo de derrumbe. En Trasande, el portal de un garaje fue arrancado de cuajo y acabó en mitad de una pista y en la N-640 salió volando el panel anunciador de la feria local de oportunidades. Un muro colapsó en As Trabancas (Agolada), una chapa de uralita se soltó de un edificio del caso urbano de Silleda y hubo caídas del cableado de teléfono en Barcia y Vilatuxe (Lalín) y en San Miguel de Presqueiras (Forcarei).
En O Grove, también se cayó un muro y varias farolas, siendo necesario tapiar las ventanas de un garaje de Terra de Porto. Un árbol cortó una carretera en San Vicente y otro se precipitó sobre una de las pistas de tenis del Beach Club La Taja. En Cambados, cerca del paseo marítimo, varó una batea y los bomberos de Vilagarcía tuvieron seis salidas nocturnas -cinco relacionadas con árboles y otra por una chimenea que ardió en Sequeiros, Saiar-. Por la mañana, retiraron chapas desprendidas del Instituto Tecnolóxico para O Control do Medio Mariño (Intecmar). Los de Ribadumia, por su parte, hicieron lo propio con un eucalipto de dos metros de diámetro y entre 25 y 30 metros caído en la carretera del hospital de O Salnés a Baión. Otro ejemplar provocó al irse al suelo que Catoira se quedase sin luz una hora.