
Las administraciones acometieron el cambio de la práctica totalidad de las señales
21 sep 2019 . Actualizado a las 20:26 h.La nueva regulación de velocidad que afecta a las carreteras convencionales, por la que los límites máximos pasan a partir de hoy de cien a noventa kilómetros por hora, tiene una notable incidencia en la comarca. Es el caso de las circunvalaciones norte y sur de Vilagarcía; la Vía do Salnés en todos sus tramos Vilagarcía-Cambados-Vilanova-Ribadumia; la antes llamada vía rápida entre Sanxenxo y O Grove y la PO-316 a su paso por el istmo de A Lanzada-O Bao. Queda exenta de estas restricciones la Autovía do Salnés por tener doble carril en ambas direcciones con una mediana.
Según informan desde la Xunta y el Ministerio de Fomento, a día de ayer ya se había completado el cambio de todas las señales de 100 por otras de 90, y para darle visibilidad al operativo, altos cargos de ambas administraciones pisaron el asfalto.
Acto con susto
A las diez y cuarto de la mañana lo hacía la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, que eligió la N-640 en Vilagarcía (circunvalación norte de Vilagarcía) para posar ante los fotógrafos. Larriba casi sale mal parada de esta convocatoria pues justo cuando los operarios habían terminado de colocar la nueva señal de noventa, la escalera que se utilizó para la operación perdió el equilibrio y a punto estuvo de caerle encima a la subdelegada. Todo se quedó en un susto sin mayores consecuencias. Esta es una de las diecinueve señales que el ministerio instaló en su red de carreteras provincial, logística que tuvo un coste de tres mil euros, según los datos que ofreció la subdelegada del Gobierno.
Las cifras son bastante más abultadas en el caso de las vías autonómicas. En la provincia de Pontevedra, la Xunta cambió 102 señales, 79 en el área norte y 23 en el área sur, con un coste de 13.635 euros, según informó el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís.
Este escogió la PO-531, en el acceso al municipio de Poio, para escenificar los cambios que deben afrontar los conductores en las carreteras convencionales.