Las policías de Vilagarcía, Vilanova y A Illa vigilarán los arenales de forma puntual
24 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Desde mañana hay luz verde para ir a la playa y va a ser imposible hacer cumplir las normas de seguridad fijadas por el Gobierno. El control de los arenales queda en manos de los ayuntamientos y los alcaldes reconocen que no tienen medios para afrontar semejante tarea, menos en una costa como la de O Salnés, salpicada de playas de norte a sur. El ejemplo más significativo es el de A Illa donde, con 80 playas y cinco agentes, no dan las cuentas. Pese a todo, el gobierno isleño no quiere que la gente se confíe y anuncia que la policía local vigilará las playas en la medida de sus posibilidades, especialmente las de O Bao y Area da Secada, y si se localizan aglomeraciones o casos flagrantes de incumplimiento de las distancias de seguridad, se multará, como hicieron a lo largo de esta semana a aquellos que extendieron la toalla y se dieron un baño cuando aún no estaba permitido. Ayer se impusieron 15 multas.
Por su parte, el alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos, volvía a reiterar ayer que el Concello carece de capacidad para controlar el aforo de las treinta playas del municipio y tampoco ve viable el uso de drones, ni la parcelación de los arenales ni el sistema de cita previa que plantean otros regidores. En su opinión, la decisión de abrir las playas llega demasiado pronto. «Considero que, socialmente, non estamos preparados para elo, e aos feitos me remito», dice en alusión a los casos que se vieron en Barcelona o San Sebastián.
En Vilagarcía y en Vilanova tampoco van a explorar estas vías y la intervención en los arenales se limitará a la colocación de cartelería y a la presencia puntual de la policía y de protección civil. Los aseos públicos, allí donde los haya, permanecerán cerrados de momento. No hay más medios, de modo que los alcaldes apelan a la responsabilidad ciudadana para que se guarden los dos metros de distancia entre las personas.
Durán: «El verano es un peligro, va a haber un rebrote»
El hecho de ser médico le confiere al alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, otra perspectiva a la hora de abordar la gestión de una crisis como la del covid-19, y como médico habla cuando le pide a la población que extreme las precauciones y advierte del riesgo de un rebrote de los contagios. «El verano es un peligro grande, más por los chiringuitos, los furanchos y por la noche de Sanxenxo que por las playas. Ojalá que no lo haya, pero va a haber un rebrote después del verano. Esperemos que para Navidades tengamos ya tratamientos y una vacuna y, entonces, esto se acabará», reflexiona.
Pendientes del cupo de visitas y de cuándo se podrá acceder a las islas
La islas del parque nacional son las joyas de la corona de la Rías Baixas. Desde el año pasado existe un cupo de visitas para el turismo, aprobado por la Consellería de Medio Ambiente para evitar el colapso de los paraísos de Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada. El estado de alarma suspendió esas visitas y la Xunta ha pedido a Madrid que le aclare cuándo, cómo y cuántos turistas podrán desplazarse a estas islas. Es previsible un recorte en el número de visitantes estivales, mientras que las navieras han adaptado un protocolo para el transporte de viajeros. Tanto la Xunta como las navieras y los dueños de los locales hosteleros de la isla de Ons están pendientes de las instrucciones finales del Estado.
Sanxenxo lidera los preparativos con cuadrículas en los arenales y el uso de drones
Sanxenxo lleva ventaja a los demás concellos. Al menos es el municipio que ha dejado claro desde hace días lo que quiere hacer en sus playas. En Silgar, como gran arenal urbano, tanto a lo ancho como a lo largo, está prevista la división de la playa en cinco sectores, identificados por colores y a los que se facilitará un acceso ordenador por medio de acomodadores.
En cada sector se distribuirán cuadrículas, con pasillos que permitirán que los bañista puedan ocupar una porción de arena asegurando la distancia sanitaria para evitar el riesgo de contagios. En total, habrá 780 cuadrículas en Silgar, que permitirá un aforo en torno al 50 y el 75 % del habitual, ya que las cuadrículas, marcadas por estacas y cuerdas, se pueden ampliar para dar cabida a grupos familiares. El sistema se hará también en las playas de Caneliñas y a Panadeira.
Para el rural, Sanxenxo apuesta por el uso de drones, que sobrevolarán las playas y transmitirán en tiempo real a la web del Concello y a las redes sociales municipales los datos sobre el aforo y servirán como orientación para que los bañistas puedan elegir la playa a la que se quieren acercar. Los drones también incorporan un altavoz, por lo que sus operadores podrán transmitir mensajes a los visitantes en situaciones como por ejemplo si hay que disolver una aglomeración excesiva de gente en un punto concreto de los arenales.
En cuanto al marcaje con estacas y cuerdas o con otros sistemas es viable solo en parte de los arenales de la ría debido a que la pleamar reduce mucho la superficie de arenal.