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Marycielo y Sanxenxo, creciendo de la mano

xacobe lamas SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

Ramón Leiro

El hotel, a orillas de Silgar, es uno de los más antiguos del municipio. Nació en los años cuarenta, rodeado de casas de pescadores, cuando un Corbal presagió el futuro de aquella pequeña villa costera

07 ago 2020 . Actualizado a las 12:50 h.

Incluso en año de coronavirus, el ajetreo del paseo de Silgar de Sanxenxo tiene poco que envidiar al de una avenida comercial de una gran ciudad. Las terrazas de esas avenidas son siempre muy demandadas. Y en Silgar, lo es la terraza del Marycielo, un icono sanxenxino y que forma parte ya de su historia. Abrió, según las escrituras, en el 1947, «aunque nosotros creemos que llevaba ya unos años abiertos», indica Estanislao Corbal. Él es uno de los propietarios del complejo. Y el nieto de Manuel Corbal, el empresario pontevedrés que en plena posguerra vio una oportunidad de negocio en una villa marinera cercana a la capital provincial, en la que tenía su chalé. Así nació el Marycielo.

Al principio, fue solamente un bar. Más concretamente, «un local de reunión, donde se celebraban fiestas con grupos y orquestas», explica Corbal. Rápidamente prosperó y diversificó el negocio. En la planta superior se abrieron las trece primeras habitaciones del hotel. Esa ampliación sería la primera de muchas.

¿Podemos hablar de pioneros? «Somos uno de los clásicos en Sanxenxo, junto a Casa Justo y Rotilio. Pero no fuimos el primer hotel. Antes estuvo la Pensión San Ginés. Ni tampoco el primer bar, pues ya estaba La Terraza. Pero sí fuimos probablemente el primer bar para turistas», relata Corbal.

Durante las siguientes décadas, Sanxenxo fue convirtiéndose en un destino cada vez más popular y proliferaron los restaurantes y hoteles. Marycielo no claudicó ante la competencia y siguió creciendo. La familia Corbal, que siempre se mantuvo como propietaria, compró terrenos detrás del local, donde hoy en día se yergue el hotel. La terraza se convirtió en una de las más solicitadas, en un icono de Sanxenxo «y la expresión a las doce en el Marycielo, en una coletilla común». Tanto es así que, según Corbal, esa terraza es hoy conocida en casi todas las provincias de España.

Durante toda su trayectoria, el hotel se nutrió, en gran medida, de clientes habituales. «Tenemos clientes de varias generaciones, o sea, hijos y nietos de antiguos clientes que vienen ahora con sus familias», detalla Juan Piñeiro, director en quien los Corbal delegan atribuciones.

Piñeiro suele pasar horas atendiendo a los clientes del bar, que estuvo a tope hasta prácticamente el mediodía. Explica que, como director, su labor es «saber cómo funciona cada trabajo y, si detecto flaquezas en algún área, ponerle solución». Y si para ello tiene que dejar de lado el papeleo y ponerse a servir, no tiene reparo: «Somos un equipo e intentamos ayudarnos entre todos. Si vemos que hay mucho trabajo, echamos una mano. Somos una familia aquí y yo creo que esa es la esencia de Marycielo».

Porque la clientela del Marycielo es, mayoritariamente, eso: familias. Sobre todo en el hotel. En el bar, durante mucho tiempo, fue el panorama fue otro: «Fuimos uno de los locales que más tarde cerraba en Sanxenxo, por lo menos hasta mediados de los 80, que fue cuando comenzaron a abrir discotecas», señala Corbal. Así, aunque por el día la edad de la clientela era muy diversa, hacia la noche y hasta las dos de la madrugada, la terraza era tomada por la juventud.

Hoy en día ya no es así: «En los últimos años cada vez vienen menos jóvenes. Ahora tienen mucha oferta para ellos en Sanxenxo». Pero eso no supone un problema para Marycielo, pues como explica Piñeiro, ellos se enfocan más en un turismo familiar o de una cierta edad.

Y de momento, les va bien así, aunque reconocen que este año no está siendo sencillo: «No creo que podamos calificarlo de bueno o malo, es un año diferente, de transición. Hemos hecho muchos cambios en la organización», indica Piñeiro.

Parece que solo una pandemia haya podido frenar el crecimiento del Marycielo, que hace 22 años vivió su última reforma, la que dejó el complejo tal y como se puede ver hoy. «Los propietarios decidieron modernizar las instalaciones, pero dejando la organización como estaba», relata el director. Manteniendo la esencia. La misma que fundó Manuel Corbal en los cuarenta, cuando solo él imaginaba lo que llegaría a ser Sanxenxo.

Desde 1947

Dónde está

Paseo Praia de Silgar, 26. Sanxenxo