El tirón al alza de los precios se nota en cuestiones como el café con leche
10 jul 2022 . Actualizado a las 11:41 h.El verano del 2022 se recordará en Sanxenxo por la inflación: en cuestión de pocas semanas, el valor de productos de consumo básico y cotidiano se ha disparado vertiginosamente. Los precios de los alojamientos de última hora, como suele ser habitual, son altos, pero esto es independiente de la inflación generalizada, ya que siempre pasa lo mismo verano tras verano. Si se espera a última hora para reservar, las gangas son raras.
Hay otras cuestiones más prosaicas donde se nota más el tirón al alza de los precios como, por ejemplo, el café con leche. En una misma calle, y no precisamente el paseo de Silgar, es posible tomarse uno normal a 1,45 euros en un local y solo unos números más adelante a 1,10. La media en la capital turística de las Rías Baixas del café con leche está en 1,30 euros.
En pleno centro urbano, el baile de cotizaciones puede marear. Mientras que el botellín de agua o el café solo con hielo en algunos locales escalan hasta 1,70, en otros están bastante más bajos. Así que los consumidores intentan fijarse en las cartas antes de sentarse en una mesa. Otro dato significativo es el valor del pulpo. En el paseo de Silgar, en un establecimientos la ración puede estar a 19 euros y al lado a 18. No se puede hacer la comparativa en todos, hay quienes no tienen la carta a la vista o dejan en blanco el precio, para ajustarlo cada día.
«A xente quéixase de que está todo moi caro», señala una camarera en un establecimiento, pero añade, a continuación, que a ellos también les sube el producto, la luz, el gas, todo en general. Y no se puede repercutir ese incremento inusual del gasto a la factura de los consumidores. Si lo hiciesen, los ahuyentarían, según indican varios hosteleros. Así que en Sanxenxo dan por hecho que este año, con muchos más visitantes que en temporadas anteriores y quizá más que en el 2019, los beneficios serán menores. En los hoteles, los empresarios son rotundos. «No podemos repercutir el aumento de las materias primas al consumidor, porque subirían los precios un 50 %». Recuerdan: quien reservó con tiempo tiene ahora una habitación mucho más barata que quien no fue previsor, y es que la inflación no perdona las prisas de última hora.