Encalla en Sanxenxo el Tumberry, uno de los megayates más lujosos de España
![María Hermida](https://img.lavdg.com/sc/mpSdCR0z0nNGoBrL5CdMccUyP_8=/75x75/perfiles/193/1623076944798_thumb.jpg)
SANXENXO
Primero fue de Fernando Fernández-Tapias, luego lo compró un sobrino político de Amancio Ortega y en él viajó desde la Preysler a la familia de José María Aznar
18 dic 2023 . Actualizado a las 19:52 h.Era difícil robarle el protagonismo al sol este domingo de diciembre en Sanxenxo, porque el astro rey pegaba fuerte en las Rías Baixas después de tanta lluvia y tanto temporal. Pero, sin duda, la conversación sobre el buen tiempo quedó totalmente desplazada. Fue un coloso de acero y aluminio varado a pocos metros del puerto deportivo el que se convirtió en el objeto de todas las miradas y comentarios. Porque, frente a la playa de Carabuxeira, a pocos metros del puerto deportivo, encalló el Tumberry. Y, no, no se trataba de un barco cualquiera, sino de uno de los megayates más lujosos de España, valorado en distintas ocasiones en siete millones de euros y con una enorme historia detrás. A él se subió hasta la reina del papel cuché, Isabel Preysler.
Construido en Italia a finales de los años ochenta, el Tumberry, que perteneció primero al malogrado empresario vigués Fernando Fernández-Tapias y que luego fue comprado por un familiar de Amancio Ortega, por su sobrino político Juan Carlos Rodríguez Cebrián, sufrió una vía de agua en la sala de máquinas. Eso hizo que se diese la voz de alarma para evitar que el buque se hundiese por la proa.
El barco permanecía amarrado en el muelle náutico de Sanxenxo al igual que el de Amancio Ortega, el emblemático Valoria, del que es vecino en el pantalán. Pero, sobre las diez de la mañana de este domingo, se detectó la citada avería. No está demasiado claro todavía qué fue lo que pasó, pero parece que el fallo estuvo en una tubería de la instalación del barco, que fue remodelado en varias ocasiones, una de ellas en el año 2011.
Tras valorarse la situación y comprobarse que el problema era grave y que se corría el riesgo de que pudiese hundirse, se decidió vararlo a unos metros del muelle, frente a la playa de A Carabuxeira. Se hacía necesario que el buque quedase sobre la arena para comenzar a vaciar la gran cantidad de agua que se acumulaba en su interior, así que lo remolcó hasta allí un barco de la empresa Eolo Náutico.
El megayate, apoyado en la arena, era totalmente visible desde la costa a media mañana, en plena bajada de la marea, así que nada más se empezaron los trabajos de achique del agua se convirtió en el foco de todas las miradas. Había vecinos y turistas haciéndole fotos por doquier y preguntándose qué le habría pasado al barco. Las teorías se multiplicaban entonces al ver al gigante yate escorado por estribor. Mientras, dentro del buque, comenzó a trabajar numeroso personal. Allí estaban los operarios del Club Náutico de Sanxenxo. Y también participaron en las labores desde la Guardia Civil y el Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Sanxenxo a la embarcación Irmáns Nodal de Gardacostas de Galicia o medios de Salvamento Marítimo. También se subieron a bordo dos concejales del grupo de gobierno de Sanxenxo, encabezado por el popular Telmo Martín.
Se sacaron del barco miles de litros de agua, que en su mayoría se acumulaba en las sentinas (la parte más baja de la sala de máquinas). Llegaron a utilizarse a la vez catorce bombas de achique. Y, según indicó uno de los técnicos que colaboró en estos trabajos, aunque la avería fue importante no causó un gran estropicio en el barco. Parece que no resultaron dañadas ninguna de sus instalaciones de lujo, entre las que se encuentran varias suites, un salón, una cocina o una sala de juegos.
El Tumberry es un megayate de 49 metros de eslora que tiene tanto valor económico como historia detrás. No en vano, cuando era posesión de Fernando Fernández-Tapias, en él navegaban grandes personajes del corazón, con Isabel Preysler a la cabeza. O también la familia del expresidente del Gobierno José María Aznar. Entonces no se llamaba Tumberry sino Núfer, haciendo un juego con las dos primeras letras de los nombres del matrimonio que era su propietario, es decir de Fernando Fernández-Tapias y Nuria Fernández. Después pasó a manos del familiar de Amancio Ortega, de José Carlos Rodríguez Cebrián.
La duda está en lo que pasó en los últimos años con él. ¿Es posible que haya cambiado de propietario? Algunas fuentes apuntaban a que sí, y a que al menos durante tiempo se alquilaba para vacaciones de lujo, ya que en el año 2020 se vio en él a la televisiva Lydia Lozano, que supuestamente lo había rentado para disfrutar de sus privilegiadas instalaciones. Sin embargo, este domingo, tras la avería del megayate, estuvo en Sanxenxo el sobrino político de Amancio Ortega, Rodríguez Cebrián, que subió a bordo para observar lo que se estaba haciendo. Lo hizo en condición de armador del buque, así que todo hace indicar que sigue siendo de su propiedad.
Tras varias horas de achique de agua, sobre las cuatro de la tarde del domingo, se comenzó la maniobra para devolver al Tumberry a su amarre en el puerto deportivo de Sanxenxo. La avería no está reparada, simplemente se buscó una solución provisional hasta que, posiblemente ya el lunes, el barco entre en el astillero.