El comercio de Sanxenxo no es solo para el verano: «Monté mi segunda tienda aquí porque estar en mi pueblo era muy especial para mí»
SANXENXO
Tras una primavera pasada por agua, los negocios esperan arrancar con fuerza la temporada
30 may 2024 . Actualizado a las 10:56 h.Los comercios de Sanxenxo miran al cielo y al fin respiran tranquilos al ver que el sol ha venido para quedarse. A los negocios que se suceden en el paseo de Silgar y la calle Madrid se les ha hecho largo el invierno, pero han resistido porque saben que cuando llega el buen tiempo empiezan a facturar. Sus horarios se doblan y se acabó el descanso. «Estamos trabajando todo el año para esperar el verano, que es cuando hacemos dinero», señala Eva Jiménez desde el Paraíso de las Joyas. Cerca de donde está ella, Sonia Insua es la encargada de la tienda de moda 5ª Avenida. Es más positiva que sus colegas de profesión y cree que los días nublados son interesantes para el comercio. «Hay días de lluvia que está la tienda llena y otros de sol en los que la gente solo está en la playa», señala Sonia, que recalca que la oferta comercial debe ser atractiva para «no mantenerse solo con los meses de verano».
Ella abre para los clientes de fuera, pero también para los de Sanxenxo, «que son los que mantienen con vida el pueblo». Esa misma filosofía pasó por la cabeza de Olga Fraga cuando hace un par de semanas abrió la segunda tienda de Tolf. Esta emprendedora de Dorrón inauguró su local de Pontevedra tras la pandemia y ahora desembarca en su pueblo para ayudar a darle vida. «Si el negocio encaja, genial, si no lo habremos intentado», reconoce Olga, que está muy ilusionada con su apuesta: «Le tengo mucho cariño a Sanxenxo y aunque empecé en Pontevedra, era muy especial para mí estar en mi pueblo». Tanto Fraga, como Sonia Insua o Eva Jiménez saben que el comercio de Sanxenxo nunca duerme. A ellas eso le supongo estar hasta la medianoche trabajando. Y lo asumen.
A la responsable de Tolf no le preocupa. Pero igual que en verano estará hasta la madrugada, tampoco cerrará en invierno. «Tenemos mucho público de fuera que veranea aquí y así nos acercamos a para darle el servicio», aclara. Ellas atienden a los turistas, pero saben que en la capital turística también se vive todo el año. «Hay una clientela fiel que viene de los alrededores y hay que estar», puntualiza Sonia.
Los negocios de Sanxenxo dejan atrás una primavera pasada por agua para empezar a vender lo que la lluvia no permitió. Ni la Semana Santa, ni el puente de las Letras Galegas dieron una tregua. Y a pesar de que los propietarios de segundas residencias acudieron a la villa turística, las ventas no rompieron la inercia del invierno. Ahora esperan apurar las ventas antes de que en algo más de un mes comiencen las rebajas.