Emiliano «El Dibu» Martínez, el portero que encadenó seis cesiones para llegar a la selección

QATAR 2022

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

El guardameta, que dejó su país con 17 años para luchar por sus sueños, se ganó la fama de especialista en penaltis en la pasada Copa América

12 dic 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

Lautaro Martínez marcó el gol decisivo en la tanda de penaltis que clasificó a Argentina a las semifinales. Casi todos los futbolistas de la Albiceleste que esperaban en la divisoria el devenir de la pena máxima corrieron como balas a celebrar el triunfo con el delantero. Solo uno emprendió el camino contrario. Leo Messi fue el primer jugador que se abrazó con Emiliano Martínez (Mar del Plata, 1992). El portero estaba tendido en el suelo, pletórico y feliz. El guardián del marco argentino detuvo tres penaltis.

Ya fue clave con anterioridad, en una tanda en la que pasó a ser un rostro conocido en Argentina. El meta detuvo dos lanzamientos en la semifinal de la Copa América ante Colombia. Para el recuerdo, la retahíla de comentarios que le soltó a Yerry Mina, el ejecutor del tercer lanzamiento para los cafeteros, que acabó en una nueva atajada del portero marplatense. «Mira que te como, hermano» fue una de las frases que pronunció Emiliano Martínez y que repitieron cientos de niños en vídeos que le hicieron llegar al portero de la Albiceleste.

El Dibu —apodado así por su parecido al protagonista de la serie Mi familia es un dibujo— estaba cumpliendo su sueño: jugar con la selección. Un objetivo que comenzó con 12 años, cuando dejó su casa para jugar en la cantera del Independiente de Avellaneda. «Fue un cambio muy duro. La comida no estaba buena, todo estaba muy sucio y éramos cuatro en una habitación», apuntó el portero en La Nación. Un lustro después recibió la llamada de uno de los mayores detectores de talento: el Arsenal. El guardameta aceptó la propuesta de Wenger y se marchó a Londres. El cancerbero, que hoy ocupa el marco de Argentina, nunca ha jugado en el fútbol profesional de su país.

Los deberes de Wenger

En la capital inglesa, tuvo que aplicarse desde el principio: «No sabía el idioma. Y Wenger me dijo que el arquero tenía que hablar sí o sí en inglés. A mí cuando se me mete algo en la cabeza lo logro. En un año aprendí a hablar en inglés y hasta me saqué el carné de conducir».

Emiliano Martínez encadenó seis cesiones hasta lograr quedarse en el primer equipo. En su penúltima cesión acabó en el Getafe. Como azulón perdió la ilusión. «Llegué a un momento en que dejé de mirar fútbol, no sentía el amor que sentí toda mi vida. Fui a un préstamo en el que la pasé mal, en el que no jugaba y al no jugar me volví loco», confesó el cancerbero en el diario Olé.

Tocaba cambiar de planes. El Dibu se marcó como objetivo que su siguiente cesión, al Reading, sería la última. Así fue. En el estadio Madejski se asentó como titular. Para dejar atrás sus dudas o frustraciones, contrató un psicólogo personal. «Me ayudó a estar con la mente clara en todos los partidos. Yo como arquero siempre tuve talento, estatura, flexibilidad, pero mentalmente no estaba preparado. Hoy en día, lo que más fuerte tengo es la mente», señaló el guardameta, que también practica yoga, Pilates y cuenta con un fisioterapeuta personal.

Y, por fin, se ganó una plaza en la plantilla del Arsenal. Una lesión de Leno, el meta titular, le permitió ocupar la portería. Su memorable actuación en las semifinales de la FA Cup, ante el Manchester City en el 2020, fue clave. Mikel Arteta, actual técnico gunner, consiguió su primer trofeo con el Dibu bajo palos. «Él es el hombre», apuntó Aubameyang, en una entrevista a pie de campo, cuando el argentino pasó a su lado tras la victoria ante el City.

Del Arsenal pasó al Aston Villa por más de 17 millones de euros, convirtiéndose así en el portero argentino más caro de la historia.

En su actual club ya se hizo un nombre como especialista en el arte de parar penaltis. «Patealo vos, patealo», le espetó el meta argentino a Cristiano Ronaldo, en un partido entre el Aston Villa y el Manchester United. Los villanos ganaban 0-1 en Old Trafford. Finalmente, Bruno Fernandes fue el ejecutor de una pena máxima que acabó con el balón en las nubes. El baile posterior del Dibu fue tendencia en informativos y redes sociales.

«El país no pasa un buen momento y dar alegría a la gente es muy satisfactorio», apuntó el portero el pasado viernes. Sus paradas volvieron a ser esenciales. Leo Messi, en nombre de millones de argentinos, fue el primero en agradecérselo.