Hugo Lloris, los méritos de un niño bien

QATAR 2022

Tolga Bozoglu

Hijo de banquero y nieto de españoles huidos durante la Guerra Civil, tuvo ofertas para jugar al tenis y es ya el francés con más internacionalidades

17 dic 2022 . Actualizado a las 21:06 h.

Hugo Hadrien Dominique Lloris (Niza, 1986) es ya el futbolista que más veces ha defendido la camiseta de Francia. En cuartos de final superó a Lilian Thuram, el padre de su compañero. Contra Argentina, sumará su partido 145. Lloris es también el internacional que más se ha puesto el brazalete de capitán. Adelantó precisamente a su entrenador, Didier Deschamps.

La de Lloris es una historia bien diferente a la de gran parte de los seleccionados franceses. En un grupo en el que son frecuentes los orígenes humildes en barrios popularizados por inmigrantes, los suyos se labraron en un barrio de clase alta en Niza. Hijo de Luc Lloris, un banquero que hizo fortuna en Montecarlo, y de Christine, una abogada que también trabajaba en Mónaco para un despacho británico, sus abuelos paternos, catalanes, habían huido a Francia durante la Guerra Civil y allí lograron una situación acomodada.

El ejemplo de su madre

En su infancia, Lloris, como su hermano pequeño Gautier, compatibilizaba sus estudios con el aprendizaje de idiomas y el tenis. Convenció a sus padres para que le dejaran jugar al fútbol en un equipo de su barrio, Cedac, ya como portero. Destacó bajo palos y con 11 años los ojeadores del Niza insistieron mucho para llevárselo. Sus padres pusieron como condición que mantuviera sus registros académicos.

También se distinguió con la raqueta. El club de tenis Des Combes llegó a presentarle una oferta para iniciar una trayectoria profesional. Ya de adolescente, Lloris tuvo que elegir. Y como su hermano —hoy central del Le Havre, líder de la segunda francesa— se quedó con el fútbol.

Hugo Lloris, a la derecha, con su hermano Gautier (izqda) y su padre.
Hugo Lloris, a la derecha, con su hermano Gautier (izqda) y su padre.

Hugo hizo carrera en el Niza. En verano del 2008, el Lyon pagó por él 8,5 millones. Allí le llegó su primera internacionalidad absoluta —había sido ya campeón de Europa sub-19—, precisamente de la mano de un catalán, Raymond Domenech. Fue un año plagado de cambios para él. Su madre, Christine, falleció víctima de un cáncer. Tres días después del funeral, Lloris se puso bajo palos. No encajó gol. «Siempre me decía que había que trabajar y seguir mirando al futuro», dijo Hugo, que había visto como su madre había seguido atendiendo su obligaciones profesionales cuando ya estaba muy enferma, ingresada en un hospital. Con el Lyon, Lloris ganó la Copa francesa y la Supercopa antes de que el Tottenham de Pochettino desembolsara por él 12,6 millones. Con el club inglés jugó la final de la Champions del 2019, que perdió ante el Liverpool.

Descartó el brazalete LGTBI

Nominado dos veces al Balón de Oro, para Hugo este es su cuarto Mundial. Un mes después de ganar el de Rusia, fue detenido en Londres por conducir borracho. Le retiraron el carné 20 meses y lo sancionaron con 60.000 euros. Antes de partir hacia Catar, Lloris descartó ponerse allí un brazalete en favor de la comunidad LGTBI. «Espero que los inmigrantes que llegan a Francia se integren y respeten los valores de nuestro país, por tanto yo tengo que respetar los cataríes aunque no esté de acuerdo con ellos», se justificó. Allí aspira a revalidar el título. Ninguna selección lo ha logrado desde Brasil en 1962. Y ningún futbolista lo ha hecho antes como capitán.