La censura comunista funciona sin problemas, a pesar de la decisión del buscador de mudar su dominio chino a Hong Kong.
23 mar 2010 . Actualizado a las 19:14 h.La gran muralla de la censura china parecía intacta el martes pese a la decisión de Google de dejar de obedecer las reglas del mayor mercado mundial de internet, lo que le valió críticas inmediatas de las autoridades comunistas. Según las autoridades chinas, el gigante estadounidense de la informática Google violó su «promesa escrita» y se equivoca «por completo» al dejar de censurar su motor de búsqueda, indicó un funcionario encargado de Internet en la Oficina de Información del Consejo de Estado.
Las autoridades chinas descartaron sin embargo que el litigio tenga mayores consecuencias sobre las ya tensas relaciones entre China y Estados Unidos, a menos que se buscase «politizar» el asunto. «No creo que esto tenga influencia en las relaciones (bilaterales), a menos que algunos quieran politizar» el tema, declaró a la prensa el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang. «Si usted vincula esto a las relaciones entre China y Estados Unidos, o lo politiza, o incluso si lo relaciona con la imagen internacional de China, será una mera exageración», afirmó Qing, agregando que «el mercado de China está totalmente abierto».
Google indicó el lunes que ya no censuraría los resultados de Google.cn con sede en China, y que estaba remitiendo a los utilizadores del territorio chino a un sitio no censurado en Hong Kong, cerrando en la práctica el sitio continental. La decisión fue anunciada tras dos meses de tensiones provocadas por la revelación de Google de ataques cibernéticos coordinados contra las cuentas Gmail de disidentes chinos. La empresa había advertido que podía abandonar el país.
Sin embargo, Google dijo el martes que la situación era «normal, los negocios continúan como siempre» en su cuartel general de China, mientras se registraba un furioso debate en línea entre los defensores chinos de la libertad de expresión y los nacionalistas que denunciaban la injerencia extranjera.
Sin efecto
La decisión de Google no parece haber burlado hasta el momento la censura. Las búsquedas de temas como «Falun Gong» y «4 de junio» -referidas respectivamente a un movimiento religioso prohibido y a las protestas prodemocráticas de 1989 en la plaza Tiananmen de Pekín- realizadas desde el continente finalizaban con el siguiente mensaje: «Internet Explorer no puede mostrar esta página». Otros sitios relacionados con temas sensibles, como el Tíbet o Amnistía Internacional, también estaban bloqueados y eran inaccesibles desde Pekín pese a ser dirigidos hacia el servidor de Hong Kong.
Las mismas búsquedas efectuadas desde computadoras en Hong Kong en el sitio Google.com.hk permitían acceder a esas páginas, lo que sugiere que China consigue controlar la consulta de contenidos desde el continente. La ex colonia británica de Hong Kong fue restituida a China en 1997, pero goza de un estatuto administrativo especial y no censura internet.
El director jurídico de Google, David Drummond, dijo que la empresa esperaba que China respetaría su decisión, «aunque sabemos que en cualquier momento podría bloquear el acceso a nuestros servicios» y que la compañía seguiría atentamente la situación. La Casa Blanca indicó que estaba «decepcionada» de que Google no pudiera llegar a un acuerdo con las autoridades chinas y reiteró que el presidente norteamericano Barack Obama está «comprometido con la libertad en internet y (...) se opone a la censura».
«La relación entre Estados Unidos y China es lo suficientemente madura como para soportar diferencias», agregó el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Mike Hammer, pocas horas antes de que China anunciara que las próximas conversaciones estratégicas a alto nivel con Washington tendrían lugar a fines de mayo.
Esta negociación será el encuentro a más alto nivel entre ambas partes desde que las relaciones se enfriaron a principios de este año. Los litigios se acumulan: las ventas de armas norteamericanas a Taiwán (la isla nacionalista considerada por China como una de sus provincias), el valor del yuan (infravalorado según Estados Unidos), una visita a la Casa Blanca del Dalai Lama (el líder del budismo tibetano, acusado de separatismo por Pekín) y la libertad en Internet.