El presidente ejecutivo de Microsoft acudió hoy a la feria GAMEFEST para seducir al público español con la «revolución» Kinect.
08 oct 2010 . Actualizado a las 22:19 h.El presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, acudió hoy a la feria de videojuegos GAMEFEST para seducir al público español con la «revolución» Kinect, el sistema de interacción sin mandos para Xbox 360 con el que consiguió que su esposa perdiera el miedo a utilizar los videojuegos.
Ballmer, cuya presencia en GAMEFEST da un impulso a este evento en su primera edición, llegó, vio e intentó vencer con un brevísimo discurso de apenas cuatro minutos acerca de la unicidad y la innovación que acompañan a Kinect, que llegará al mercado en noviembre.
Esperadísimo por el público, el responsable de Microsoft ha dejado un sabor descafeinado en el auditorio, lleno hasta la bandera y que se ha quedado con ganas de más, después de sufrir largas colas y controles de seguridad para acceder a la conferencia.
Empezó bien Ballmer, que se metió al público en el bolsillo al reconocer que después de una semana de periplo europeo -ha visitado cinco países- cargado de reuniones era un placer terminar su jornada con una conferencia sobre videojuegos.
El ejecutivo aseguró que Microsoft vive «tiempos emocionantes» gracias al lanzamiento del Windows Phone 7, el próximo lunes, pero sobre todo por la inminente llegada de Kinect, un sistema concebido para «reinventar la forma en la que se interactúa con el entretenimiento» y la tecnología.
Según Ballmer, la compañía cayó en la cuenta hace tres años y medio de que era necesario hacer algo diferente en el ámbito de los videojuegos, una herramienta que sedujera a aquellos jugadores que no son hardcore, como su esposa, a quien le «daba miedo» tocar un mando de consola.
Fue entonces cuando Microsoft decidió emplear los avances en el reconocimiento de movimientos y emociones que había hecho su departamento de innovación en intentar llevar el «poder de la tecnología» a los salones de los hogares.
Ballmer sostuvo que este dispositivo cumple así con la visión que Bill Gates tenía sobre la tecnología hace 35 años, cuando puso en marcha Microsoft: quería que hubiera un ordenador en cada hogar.
Y Kinect, afirmó, lo lleva al salón y además potencia una experiencia social que no solo tiene que ver con los videojuegos, sino también con la televisión y la reproducción de contenidos culturales.
El dispositivo supone para Microsoft una «oportunidad para revolucionar el uso de los ordenadores y del entretenimiento», aunque Ballmer ha advertido de que se trata «sólo de un comienzo» y de que está por llegar «toda una revolución» de aplicaciones que seguirán creciendo y sorprendiendo.
Con este discurso sin anuncios ni novedades, y tras asistir a una demostración poco brillante de cómo se juega al voleibol cooperativo de «Kinect Sports», Ballmer se ha despedido de una audiencia que no esperaba un mutis por el foro tan precipitado.
El público, que no daba crédito, ha permanecido expectante unos minutos por si el ejecutivo sorprendía con una reaparición.
Pero el presidente ejecutivo de Microsoft había dado por concluido una jornada en la que se ha reunido con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, con 400 empresarios en el Foro Nueva Economía, con el consejero delegado de Telefónica, Julio Linares, con los empleados de Microsoft Ibérica y con agencias de publicidad.