A mí los defensores de lo retrovintage. Hipsters del mundo, uníos. Hijos de los 90, es hora de alzar el mando y reclamar lo que es nuestro. Nos quieren robar nuestro último bastión generacional. Quieren acabar con nuestra esencia. Primero, se llevaron el walkman. Después, nos quitaron el discman. Luego, mataron la cámara fotográfica. Y también nos arrebataron el mapa de carreteras de España que es físicamente imposible de doblar. El hambre de los smartphones no conoce límites. Porque ahora vienen a llevarse lo que nos hace ser lo que somos. Están a punto de despojarnos del euroconector. Vienen a desposeernos de las ampollas en el pulgar tras horas intentando hacer llaves imposibles en el Street Fighter. Los impetuosos movimientos de mando intentando que Mario saltase más de lo que podía, que corriese más fuerte de lo que sabía, que cogiese la moneda número cien antes de precipitarse por el agujero. Vienen a por nosotros. Vienen a quitarnos la necesidad de asomarnos a la pantalla de la televisión buscando la siguiente pantalla, anticipándonos a la tortuga asesina con alas. Nintendo se ha rendido, pero nosotros, camaradas del Viva Antes, compañeros del hipsterismo, tovarichs de los 90, debemos continuar la lucha. Por dignidad. Que no nos roben nuestra identidad. La consola es nuestra. Que viva la consola.