
El modelo más avanzado de iRobot expulsa la suciedad a una bolsa hermética cada vez que vuelve a la estación de carga. Además de mapear toda la casa, podemos pedirle que limpie habitaciones concretas pidiéndolo con la voz gracias a su compatibilidad con Alexa
23 jul 2019 . Actualizado a las 12:41 h.En La Voz llevamos más de una década probando robots aspiradoras, y precisamente el primer modelo que pasó por nuestras manos fue un iRobot (el Roomba 560, allá por el 2008). Esta compañía estadounidense es líder mundial de robots de consumo y en el 2002 creó la categoría de aparatos automáticos de limpieza para el hogar con la introducción de la serie Roomba. Desde entonces ha vendido más de 25 millones de robots en todo el mundo y tanto Roomba como la familia de robots friegasuelos Braava cuentan con tecnologías patentadas y conceptos avanzados en limpieza, mapeo y navegación.
En aquella década inicial del siglo XXI iRobot no tenía prácticamente competencia, pero ahora han surgido numerosas marcas que ofrecen robots aspiradoras. Pero los ingenieros de esta empresa, con sede en Bedford (Massachusetts) y fundada por tres ingenieros del laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, van más allá y están creando un ecosistema de robots y tecnologías para hacer posible el hogar inteligente.

La última y más avanzada incorporación es el Roomba i7+, que resuelve varios de los problemas habituales de estos dispositivos, a saber: el tener que vaciarlos cada poco tiempo (al tener un depósito más pequeño que el de las aspiradoras tradicionales), la dificultad para pasar por encima de determinados obstáculos, y el problema que surge al enredarse con cables o alfombras ligeras tipo kilim o con flecos.
«Imaginemos un robot aspirador que no solo recuerda el plano de toda la casa y limpia habitaciones concretas diferenciadas según el nombre asignado por el usuario, sino que además se vacía automáticamente», explican desde iRobot. Así es el Roomba i7+ que cuenta con la nueva estación de carga y de vaciado automático Clean Base. Se trata de una máquina que «lleva a un nuevo nivel la inteligencia y la automatización en robots aspiradores con la capacidad de aprender, crear mapas y adaptarse al plano de toda la casa».

El i7+ utiliza la tecnología de Trazado de Mapas Inteligente Imprint, que recuerda los planos de las diferentes zonas o plantas de la casa y los nombres de las habitaciones que los usuarios asignan, permitiendo personalizar los trabajos de limpieza y enviando al robot a limpiar habitaciones concretas mediante la voz o a través de la aplicación iRobot HOME. Pero lo mejor es que cuando ha terminado de limpiar vacía el depósito automáticamente en la estación base, que cuenta con una capacidad equivalente de hasta 30 depósitos de suciedad y residuos. Esto permite que los usuarios se olviden de las tareas de aspirado durante semanas, aparte de acabar con el engorro de vaciar el depósito en la basura, que a menudo genera pequeñas nubes de polvo.
Colin Angle, president y CEO de iRobot, asegura que la Roomba i7+ «es el robot aspirador más avanzado hasta la fecha. Cumple la visión original que teníamos cuando nos embarcamos en el viaje de diseñar y construir robots aspiradores hace casi 20 años».
Plano de la casa
El robot aprende cada habitación y recuerda hasta 10 plantas o superficies distintas, de forma que podemos llevarlo a otra planta de la casa o incluso a otra casa distinta, donde reconocerá su localización y limpiará según se le indique. La tecnología de navegación patentada iAdapt 3.0 ayuda a Roomba i7+ a desplazarse por la casa de forma sencilla y eficiente con un registro de dónde ha estado y qué le queda por limpiar. Se adapta también a hogares con entornos cambiantes, por lo que siempre sabe cuál es la mejor forma de limpiar.

Además, el Roomba i7+ es compatible con dispositivos Alexa y es el único robot aspirador que permite a los usuarios limpiar habitaciones concretas diferenciadas según el nombre asignado por el usuario mediante comandos de voz. Por ejemplo, solo hay que decir «Alexa, pide a Roomba que limpie la cocina» y Roomba i7+ encontrará su camino hacia la habitación indicada. Una vez terminada la tarea, el robot volverá a su base para recargarse y vaciar el depósito automáticamente al sincronizarse con la estación Clean Base.
Además de ser la estación de carga del robot, la Clean Base se encarga del trabajo sucio del aspirado, almacenando los residuos en una bolsa cerrada, y atrapando la suciedad y el polvo de forma que no se puede escapar al aire. La bolsa la introduce el usuario por una trampilla superior y queda instalada de forma hermética. Cuando la bolsa está llena (dependiendo del uso puede ser cada dos o tres mese), se recibe una notificación en la app iRobot HOME; entonces solo tenemos que sacarla, echarla a la basura (al estar cerrada es un proceso completamente higiénico) y reemplazarla por una nueva.
«iRobot está cumpliendo una demanda histórica de los clientes, dando a Roomba la capacidad de vaciar su propio depósito tras cada trabajo de limpieza», explica Jean-Jacques Blanc, director general y vicepresidente de iRobot para Europa, Oriente Medio y África. Al margen de esta novedad, una característica única (entre los fabricantes líderes) de los robots aspiradores Roomba es que cuentan con dos cepillos de goma multisuperficie, que trabajan juntos para limpiar de forma eficiente tanto alfombras como suelos. En nuestras pruebas consiguió pasar sin problemas por encima de patas horizontales de sillas y subirse a alfombras ligeras, donde otros aspiradores quedan atascados o se enredan. Podemos decir sin dudarlo que el i7+ es un auténtico todoterreno.

El aparato ajusta automáticamente la altura del cabezal de limpieza, de forma que los dos cepillos pueden estar directamente en contacto con el suelo. Un cepillo desincrusta y levanta la suciedad, y el otro se mueve en la dirección opuesta para extraerla y absorberla. En lugar de cerdas, que pueden doblarse y dejar residuos, los cepillos de goma flexibles se pegan al suelo para limpiar desde partículas pequeñas, como polvo, hasta pelo o restos más grandes de suciedad.
Con un diseño de perfil bajo para limpiar bajo los muebles y alrededor de las patas, el i7+ utiliza un filtro de alta eficiencia que captura el 99 % del polen, partículas de polvo y alérgenos de perro y gato. Incorpora asimismo la tecnología Dirt Detect, que hace que siempre esté buscando los lugares que necesitan más atención. Los sensores del robot reconocen las zonas más sucias, como arena junto a la puerta de entrada, y le hacen limpiarlas de forma más profunda. Una vez que ha terminado de limpiar se pueden ver los informes de limpieza en la aplicación móvil, para ver dónde ha trabajado el robot y otros detalles.
En la caja encontramos también una pared virtual, un pequeño dispositivo alimentado con pilas y que permite acotar un área determinada: se deja en el suelo y crea una barrera invisible que el aspirador no cruzará, lo que es muy útil para evitar que se acerque a zonas con cables.
Toda esta tecnología tiene un precio y desde luego el Roomba i7+ no sale barato, ya que cuesta 1.199 euros, a lo que deberemos sumar los packs de bolsas de vaciado adicionales, que salen por 19,99 (traen tres bolsas). Pero si pensamos en que ya hay teléfonos móviles que superan ampliamente ese precio, y, sobre todo, si tenemos en cuenta que ahora mismo no hay ningún robot aspirador con estas características en el mercado, la inversión parece bastante razonable.
La experiencia con iRobot es impecable, desde el empaquetado, con todos los accesorios y repuestos protegidos apropiadamente, hasta la configuración wifi (que se hace en segundos) y la descarga y uso de la aplicación.