Son plataformas que permiten limitar el horario de uso de los dispositivos, bloquear páginas inapropiadas o evitar cobros. Pero no son suficientes
03 may 2023 . Actualizado a las 13:08 h.¿Dejarías a tu hijo de 10 años solo en un descampado? La respuesta parece obvia para cualquier lector y, sin embargo, muchos menores de esa edad pasan horas solos en un entorno que puede llegar a ser igualmente peligroso: internet. El 90,8 % de los españoles de entre 11 y 18 años se conecta a la red a diario, según un trabajo realizado por UNICEF junto con la Agencia Española de Protección de Datos para el que recogieron datos de más de 50.000 jóvenes de toda España. De todos ellos, solo el 29 % reconocen que sus padres les ponen normas sobre el uso de las tecnologías; al 24 % les limitaban el tiempo de uso, y al 13 %, también los contenidos a los que acceden. «Aún hay mucho desconocimiento sobre los riesgos que tiene la tecnología, en parte debido a que a los propios padres les ha llegado de repente, sin una adecuada formación», reflexiona David López Pazos, técnico informático gallego que desde hace cinco años se dedica a la formación y consultoría TIC. En los cursos que imparte -este mayo comienza uno online de 10 horas que organiza la UNED de Pontevedra- percibe la falta de acompañamiento a los menores durante la navegación, un hábito que debe sumarse a una buena utilización de los controles parentales. Estas herramientas son muy intuitivas y fáciles de utilizar, y entre sus funciones principales incluye el control del tiempo de uso de dispositivos; o el bloqueo de cobros online y de webs clasificadas de adultos. Pero hay muchas páginas que, sin estar vetadas, difunden contenido que puede hacer mucho daño a los menores.
¿Y cómo deben ser estas herramientas de supervisión parental? «Los aspectos más importantes son la configuración, la usabilidad, la privacidad y la accesibilidad», responde Marco Gonzalo Gómez, director académico de 4Geeks Europe, empresa dedicada a la formación de desarrolladores de software. Explica que una buena aplicación debe permitir que cualquier adulto sea capaz de adaptar la configuración de las herramientas en función de la edad de los menores y sus intereses, lo que incluye limitaciones de tiempo de uso o bloqueo a ciertos contenidos; «Además es importante que sea flexible para que la configuración se adapte a medida que crecen los niños y cambien sus intereses», añade el experto. En cuanto a la usabilidad, habla de herramientas sencillas para el nivel de usuario de cualquier adulto; y la privacidad hace referencia a los datos que de los usuarios registran las web por las que se navega.
El reto de los próximos años para estas plataformas, según Gonzalo, está en la correcta sincronización entre múltiples dispositivos, pues los jóvenes -al igual que los adultos-, utilizan indistintamente el móvil, tabletas y ordenadores. «Puede que en un tiempo requieran una detección biométrica para poder realizar la autenticación de quien vaya a hacer uso del dispositivo, permitan enviar notificaciones en tiempo real a sus supervisores para llevar a cabo acciones al momento de la detección del mal uso; o que incorporen inteligencia artificial para poder sugerir nuevas configuraciones, según el uso detectado hasta el momento», vaticina. También los fabricantes de dispositivos hablan de la inteligencia artificial como una buena herramienta para mejorar los controles parentales y la eficiencia de los dispositivos en un futuro. «Es importante poner el foco en la privacidad y en la seguridad informática, y también cerciorarse de que nuestros hijos tienen acceso a contenidos de calidad, porque la proliferación de noticias falsas y contenidos manipulados podría incrementarse a medida que los sistemas de inteligencia artificial se hacen más populares», reflexiona Verónica Catediano, portavoz de SPC, firma tecnológica española con sede en Álava. Por su parte, Jaume Pausas, responsable de Márketing de Acer cree que en un futuro se utilizarán sistemas «más eficientes, menos invasivos y más funcionales a la hora de proteger a los niños cuando utilizan internet, y también más útil para los padres y educadores, que podrán utilizarlos como herramientas para la educación en estas competencias».
Las opciones del mercado
Una de las herramientas más utilizadas, por venir ya instalada en muchos dispositivos es la Google Family Link, que ofrece gestión centralizada de todos los aparatos que tengan los menores. «Permite establecer unos períodos de uso y pone el foco en la privacidad del usuario», destaca la responsable de SPC. Cree que es una herramienta que da tranquilidad a los padres porque les indica datos como el estado de la batería o la ubicación del dispositivo desde el que se comunican con los menores. «Va más allá que de un control parental que simplemente bloquea webs a las que se pueden entrar», subraya. Los dispositivos ACER también incluyen el control parental de Google y desde esta marca reconocen que quienes utilizan dispositivos Android -que son la mayoría de los usuarios- «están acostumbrados a su interfaz u opciones de configuración», lo que les facilita su uso. Además, destaca las opciones de privacidad que incluye esta plataforma.
En el caso de los dispositivos de Apple, el sistema operativo iOS permite configurar las cuentas de usuarios menores de edad para que los padres puedan tomar el control de diferentes parámetros como la duración de la conexión, el contenido, las compras, las descargas o la privacidad de sus hijos, mediante el uso de una contraseña.
Pero además, hay otras plataformas que permiten ir más allá y supervisar algunas de las aplicaciones que más preocupan a los adultos, como pueden ser las redes sociales. Aunque casi todas cuentan con opciones gratuitas, suelen ser aplicaciones de pago para sus versiones más completas. Destacamos cuatro de ellas:
- FamiGuard funciona para dispositivos Android y permite grabar las llamadas del dispositivo del menor o ver en remoto el contenido de una treintena de aplicaciones, entre ellas Instagram, Facebook o Whatsapp.
- Kids Place permite a los padres seleccionar las aplicaciones que pueden usar sus hijos y establece una pantalla de inicio personalizada donde solo aparecen dichos programas; previene además que los niños compren o descarguen aplicaciones nuevas.
- FamiliSafe ofrece una opción de monitoreo, filtro y bloqueo de las interacciones móviles; realiza seguimientos de llamadas y mensajes, detecta contenidos explícitos o inapropiados y permite el rastreo por GPS.
- Qustodio permite limitar el uso de los dispositivos y las aplicaciones instaladas en ellos, da acceso a los padres a las llamadas y mensajes de sus hijos, y dispone de geolocalizador. La versión gratuita solo permite controlar un dispositivo.
Cuidado con las contraseñas
En los últimos meses, una de las quejas más frecuentes de usuarios de estas aplicaciones hablan de la facilidad de los menores para desactivarlos: «Una herramienta bien hecha contará con mecanismos de verificación para garantizar que quien le está desbloqueando es la persona adecuada», recuerdan desde 4Geeks, e incide en la importancia de mantener en secreto las claves privadas y contraseñas que usan los adultos y que muchas veces conocen sus propios hijos.
En general, todos los agentes implicados destacan la importancia de estar en permanente contacto con las necesidades y peligros que ven tanto los padres como los educadores. «No podemos dejar un dispositivo digital a los niños sin enseñarles a manejarlo de forma positiva, del mismo modo que no se nos ocurriría dejarles un cuchillo o una moto. La educación es clave, y para supervisarlo, tenemos el control parental», insiste Jaume Pausas.
Y como una medida más, David López Pazos recuerda que también está la posibilidad de configurar controles parentales en los propios router para controlar los sitios web a los que se accede desde los dispositivos que se conectan a la wifi de una vivienda. En cualquier caso, el formador tecnológico insiste en que la mejor forma de proteger al menor de Internet es acompañarle en la navegación.