Datos y lecciones aprendidas de la organización de un evento con 1.000 asistentes, por si os ayuda a organizar el vuestro
14 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Esta semana he invertido unas 20 horas en reunir todos los datos y ordenar la información necesaria para escribir un excesivo postmortem de 2.500 palabras sobre la #tarugo22, el evento anual para suscriptores de la Bonilista que organizamos todos los años un grupo de voluntarios. En el mismo podréis encontrar las glorias y miserias de la cuenta de resultados de una conferencia técnica.
Y he debido hacerlo bastante bien porque el texto me muestra como un soberano imbécil. Al fin y al cabo, el objetivo de un postmortem es aprender de los aciertos y errores cometidos en la ejecución de un proyecto, no ensalzar al equipo involucrado en el mismo.
El texto me hace sentirme incomodo porque no solo muestra una realidad que todos conocemos —que la inmensa mayoría de las conferencias nacionales sobre desarrollo de software no saben o no pueden trasladar su coste al precio de sus entradas— sino también a alguien que puede haber perdido el foco sobre lo que realmente es importante y un nivel de exigencia absurdo, que lleva a un equipo al límite para intentar alcanzarlo.
Porque la Tarugoconf nació para agradecer a los suscriptores de esta lista —los tarugos y tarugas— su fidelidad semana tras semana y organizar el tipo de conferencia a la que siempre quisimos ir, ni más ni menos.
Porque el slogan de la Tarugo es «Todo es posible», pero el postmortem me ha hecho ver que a lo mejor deberíamos acotarlo con un «Pero no siempre merece la pena a cualquier precio».
¿Realmente era necesario producir un Jenga con piezas de madera bicolor con cantos redondeados para tener un welcome pack de calidad o me empeñé simplemente porque me gustan los juegos de mesa y quería demostrarme que soy capaz de producir uno con calidad comercial?
En realidad, la Tarugo nunca fue nada de eso. En realidad, ni siquiera pretendíamos que fuera una «conferencia» sino más bien una reunión. Por eso, a la hora de diseñar la edición de este año, me propuse recuperar el espíritu inicial de la misma. En vez de buscar el enésimo truco de prestidigitador con el que dejar boquiabierta a la audiencia, centrarnos en la receta original: buenos contenidos, buen networking y buena comida, el resto debía ser completamente accesorio.
Para ayudarnos a conseguirlo, empecé a utilizar recurrentemente la frase «cero ego, mucho pulpo» hasta que llegó a convertirse en un mantra. Uno de los momentos en los que más nos lo repetimos fue cuando tuvimos que decidir si definitivamente cambiábamos el nombre de la conferencia o no.
El año pasado, vivimos como un ponente de nivel mundial —cuya presencia realmente sí hubiera aportado valor a la audiencia— se caía en el último minuto por temor a que la prensa le atacara por ir a un evento llamado «Tarugoconf», en un momento profesional complicado.
La Comunidad siempre nos ha animado a mantener el nombre, aunque eso pueda ahuyentar patrocinadores —imprescindibles, como refleja el postmortem— o ponentes, pero ¿por qué hacerlo? ¿por pura cabezonería? ¿por demostrar que no necesitamos a nadie?
¿Acaso cambiar el nombre del evento, si con eso podíamos aportar mayor valor a los asistentes, no era el mayor ejemplo de falta de ausencia de ego? Así nació la TRGCON. «TRG» de tecnología, relaciones y gastronomía y —también— de TaRuGo. «CON» en vez de «conf» porque a Hugo, nuestro diseñador, le venía mejor para hacer un logo simétrico.
La Tarugo «muere» para cumplir el objetivo con el nació: devolver a la Comunidad todo el valor que me ha dado a lo largo de mi carrera profesional.
El próximo día 25 de junio, os llegará a todos los suscriptores un correo con instrucciones para haceros con una de las entradas de la #TRG23. Si acudís, lo único que os prometo es que intentaremos tener el mejor contenido, generar el mejor networking y servir la mejor comida posible. Ni más ni menos.
¿Cómo carallo se empieza a trabajar en Product Management?
No hay Product Managers junior, sino Product Managers con más o menos experiencia en el rol.
La Dirección de Producto requiere una formación holística y un bagaje mínimo que, hasta ahora, se solía adquirir con la pura práctica. Solo podías aprender Producto haciendo Producto, pero solo tenías la posibilidad de acceder a roles de Producto si tenías experiencia previa. Para muchos, fundar nuestra propia startup fue la única manera de romper ese círculo vicioso y entrar en la profesión.
Para acabar con esa disfunción del sector, el Instituto Tramontana acaba de lanzar el Programa presencial de Dirección de Producto dirigido por José Ramón Perez Agüera, que lleva más de 15 años liderando productos como Mercadona Tech, Amazon, JobandTalent o Tuenti.
José Ramón siempre decía que en todos los libros y formaciones sobre producto que conocía echaba de menos: la contextualización de todas la metodologías propuestas. Ser capaces de codificar la práctica del desarrollo de producto de manera que sepamos cómo hacerlo en función del tipo de empresa donde nos encontramos, del tipo de producto que queremos desarrollar, del modelo de negocio y de la cultura de la organización.
Este programa tiene ese enfoque y no trata tanto de cómo hacer producto en sí mismo, sino de cómo crear y dirigir una organización orientada a producto que permita la creación de productos exitosos y rentables.
Dura 8 meses, empieza en octubre de 2023 y cuesta 12.000€, aunque la matricula se queda en solo 9.600€ si la formalizas antes de julio. El programa está organizado por el Instituto Tramontana, una escuela que existe para elevar el nivel de los profesionales que crean productos y servicios. Algo que puedo validar directamente porque conozco directamente el feedback de antiguos alumnos como mi amigo Jorge Galindo o mi compañera Cris Miquel.
Si estáis interesados en trabajar en Producto —o ya lo hacéis y queréis ahondar vuestros conocimientos en la disciplina— podéis pedirles referencias a ellos o consultar toda la info del curso. Tiene MUY buena pinta.
Este texto se publicó originalmente en la Bonilista, la lista de correo de noticias tecnológicas relevantes para personas importantes. Si desea suscribirse y leerlo antes que nadie, puede hacerlo aquí ¡es bastante gratis!