Un italiano, dispuesto a encumbrar a Ángela Ruiz Robles, la maestra ferrolana inventora del libro digital
TECNOLOGÍA
El periodista Simone Sperduto defiende en un libro que se reconozca a la docente como precursora de una enseñanza inclusiva, interactiva y accesible al alumnado con discapacidad
09 dic 2024 . Actualizado a las 06:57 h.Cada vez se habla más de ella, pero Ángela Ruiz Robles sigue siendo una gran desconocida para el público general, a pesar de la importancia que tuvieron sus inventos para el desarrollo tecnológico. La maestra nacida en Villamanín (León) en 1895, ejerció su carrera como docente en Ferrol en los años veinte del siglo pasado, y patentó varios dispositivos con el propósito de aprovechar recursos y hacer llegar el material didáctico a todos sus alumnos, independientemente de sus recursos económicos y sus dificultades en el aprendizaje. Es la creadora de la enciclopedia mecánica, registrada en 1949, dispositivo considerado como el precursor del libro digital.
Ahora, un periodista italiano se ha propuesto poner su grano de arena para conseguir que se ponga en valor la figura de esta mujer visionaria, como la inventora del libro mecánico que imaginó el moderno libro electrónico. Se llama Simone Sperduto y va más allá: considera que los inventos de Ruiz Robles fueron claves «para una enseñanza inclusiva, interactiva y sobre todo accesible al alumnado con discapacidad y problemas de visión». Maravillado por su figura, a la que conoció gracias a una asignatura del Master en Formación permanente en Gestión editorial y Márketing digital que cursó en la Escuela de Unidad Editorial y la Universidad de Alcalá de Henares, decidió dedicarle su trabajo fin de grado a esta mujer adelantada a su tiempo, después de comprobar que «todo el mundo sabe quién es Gutenberg, pero que faltaba un estudio profundo dedicado a este personaje clave para la ciencia».
Sperduto quiere que los inventos de Ruiz Robles sean considerados como los padres del ebook actual, pero sobre todo, quiere que se ponga en valor la capacidad que la maestra tuvo hace cien años para ofrecer una educación alternativa, «que ya entonces proponía un dispositivo para conectar a los alumnos con su maestra, fue algo revolucionario», destaca. Ella misma decía entonces que la enciclopedia mecánica era necesaria para «aligerar el peso de las carteras de los alumnos, hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel de cada estudiante»; eso en los años cuarenta del siglo XX.
El italiano contextualiza en su libro el entorno rural y político en el que la maestra leonesa ejerció la docencia, que consiguió su primer trabajo en 1918 en Ferrol, «animada por un fuerte compromiso pedagógico y social». Y pone en valor que sus inventos «representaron algo nuevo ante una industria editorial meramente analógica y de imprenta, en un país donde posiblemente la difusión de los libros no fue muy fácil».
Después de tres décadas ejerciendo la docencia, Ángela Ruiz Robles «se convirtió en inventora soñando ya con un futuro que para nosotros se llama presente», destaca Sperduto, y reafirma que las raíces del libro electrónico se pueden encontrar en el libro mecánico y en la enciclopedia mecánica de Ruiz Robles, «una maestra que quiso dar a sus estudiantes una enseñanza accesible, inclusiva, interactiva y sobre todo agradable».
El libro mecánico fue diseñado como una herramienta ligera, fácil de usar y que se pudiera adaptar a cada nivel de aprendizaje. Además, estaba destinado a ser usado con tintas luminiscentes, «con el objetivo de garantizar que los textos y los dibujos pudiesen ser leídos también en la oscuridad», destaca el periodista italiano en su libro.
El momento histórico, la falta de recursos económicos y de apoyo gubernamental, están entre los motivos que impidieron que estos inventos no fueran más allá, y quedaran en el olvido hasta que en el año 2006 pasaron a formar parte de la exposición del Museo Pedagógico de Galicia, ubicado en Santiago. Desde el año 2012, la enciclopedia mecánica puede visitarse en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de A Coruña.
«Ángela Ruiz Robles probablemente se habría sentido muy orgullosa de ver cómo se desarrollo su intuición en el mercado editorial a lo largo de las décadas», reflexiona el periodista, que se muestra fascinado por este personaje de la historia que, si bien sí es reconocido en el ámbito científico y universitario, no lo es tanto para el gran público: «Hay un mundo por descubrir en torno de su figura», reflexiona; y lamenta la poca bibliografía que hay sobre su trayectoria. El próximo año se cumplen cincuenta año s de su fallecimiento y espera que haya algún acto o iniciativa para rendir homenaje a su memoria.