
La doctora insiste en que no se arregla en un mes el abandono de once
17 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Hablamos en su consulta, por la que a diario pasan decenas de pacientes víctimas de la gran epidemia occidental: la diabetes. Pero hoy hablamos de otra de las excentricidades de nuestro tiempo: la llamada operación bikini en la que millones de personas pierden el sentido y la paciencia en vez de perder unos kilos, que era lo que realmente pretendían.
-¿Le preguntan más durante estas fechas por cómo perder peso?
-No, porque en la consulta los pacientes vienen afectados por una patología y la cuestión estética queda en un segundo plano.
-Pero en su entorno personal sí que se lo preguntarán, ¿no?
-Sí, claro. En mi entorno siempre me preguntan por esa fórmula milagrosa con la que se puede arreglar en un mes el abandono de los nueve o diez meses anteriores.
-Entiendo que no es muy favorable a la operación bikini.
-La operación bikini es una mala idea por varios motivos. El primero es que se plantea en base a objetivos muy poco realistas. Se utilizan fórmulas extrañas o absurdas y, además, casi nunca se trata de un plan de mejora que se vaya a sostener en el tiempo.
-Sin embargo, hay miles y miles de personas que se enredan en este tipo de dietas.
-Son medidas desesperadas. Para llevar un estilo de vida saludable hay que mantener una constancia. Es necesario tener fuerza de voluntad y eso cuesta mucho. Por eso tanta gente acude a este tipo de medidas menos convencionales.
-¿Actualmente hay alguna dieta que esté más en boga?
-Yo diría que son las mismas de siempre que viene y van. Recuerdo que, con la dieta Dukan, todos los pacientes que la llevaron adelante acabaron, sin excepción, ganando peso.
-Y ¿podría dar alguna pauta sencilla para perder algún kilo?
-Cualquier cosa que se haga, sea grande o pequeña, debe mantenerse en el tiempo. Y aplicar el sentido común. Hacer ejercicio físico aeróbico una hora, tres días a la semana y una dieta equilibrada de estilo mediterráneo.
-¿No hay ningún alimento que facilite la pérdida de peso?
-No. Ninguno.
-Sin embargo muchos se publicitan como si así fuera.
-Sí. En el mercado hay productos que en su origen son muy poco saludables, como la mantequilla y se disfrazan de saludables con alguna característica que sí lo es, como pueden ser los ácidos Omega 3. Ocurre con las galletas con fibra o sin azúcar añadido, pero que están llenas de grasas saturadas.
-¿No cree que estas prácticas deberían ser sancionadas? Al fin y al cabo son las que le llenan a usted su consulta.
-Es una cuestión de educación desde la infancia. Tenemos que intentar que nuestros hijos adopten hábitos saludables. No hay que pensar solo en las autoridades, sino también en los hogares.
-Los paseos están llenos de gente haciendo deporte. ¿Estamos mejorando o pesan más los malos hábitos?
-Por desgracia pesan más los malos hábitos. Y lo vamos a seguir viendo en los próximos años porque hay un desequilibrio claro entre el aporte calórico y el gasto energético que se convierte en un círculo vicioso.
-¿Por qué nos gustan tantos los peores alimentos?
-Porque al gusto le satisface especialmente la ingesta de grasas.