El parking de Xoán XXIII es seguramente el más rentable de Santiago, y ahí no perdió la ocasión el gobierno local de explotarlo de forma directa. Es, además, una fórmula idónea para la obtención de recursos de cara al funcionamiento de Tussa. En el pasado ejercicio se han alcanzado los veinte millones de beneficios, y las previsiones municipales indican un saldo positivo de 15 millones en el actual ejercicio. No obstante, el concejal popular Jesús Pampín considera que la asunción de las seis personas de la concesionaria actual es una medida «precipitada» que debería ser analizada con mayor profundidad. El aparcamiento de Xoán XXIII tiene un total de 492 plazas y fue objeto de una importante reforma con motivo de la transformación urbanística de la avenida. Es una de las alternativas básicas en la zona occidental del casco viejo. La gestión municipal podría llevar aparejada en su momento la asunción de la propia dársena de autobuses. Es un servicio que está adjudicado a una empresa privada, Setega, por lo que habría que aguardar a la finalización de la concesión o unas negociaciones encaminadas a la recepción de las instalaciones. No pocas empresas del sector del transporte han mostrado sus discrepancias con la formulación de este servicio, que implica el cobro de una tasa de 2.000 pesetas por autobús que llega hasta la dársena de Xoán XXIII, cuyos promotores realizaron importantes inversiones para el acondicionamiento y puesta en marcha de la estación receptora.