Un perro hace honor a Santiago

La Voz

SANTIAGO

Patio de vecinos Un madrileño asegura que durante el Camino hablaba con sus ampollas pidiéndoles que lo dejaran tranquilo; y Gerardo, alemán, está «muy emocionado con la ciudad»

03 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Luis Segura vive en Novelda, Alicante, y ha venido caminando desde Ponferrada «para conocer Compostela». En el Camino ha conocido a mucha gente: «Es agotador al principio, pero luego conoces personas maravillosas, caminas en soledad y en parte también te conoces a ti mismo y descubres que el mundo es muy grande». Además de personas, Luis ha hecho otro amigo, «un husky siberiano precioso, que me acompañó durante 15 kilómetros». Lo ha llamado Santiago en honor a la ciudad que visitaría, pero ha tenido que dejar a su compañero en Portomarín, con una familia que lo acogió sin problemas, «un ejemplo para todos los desalmados que abandonan a sus mascotas durante las vacaciones». Desde León han llegado David F. y David S., dos amigos que hicieron el Camino porque «nos gusta caminar y la aventura, por eso peregrinamos. Somos los dos religiosos, pero ese no ha sido nuestro motivo principal». Han venido bromeando todo el camino, asi que «nos lo hemos pasado muy bien juntos, el Camino es muy duro, pero vale la pena llegar hasta aquí. Es una manera de superarte a ti mismo, de ver qué eres capaz de hacer». David S. dice que en su caminar «hablaba con mis ampollas, les pedía que me dejaran en paz de una vez, pero no hacen caso». Su compañero se ríe recordando estas peculiares conversaciones. Alemán emocionado Gerardo Oesterle vive en Zwiesel, una ciudad de Alemania, y ha escogido una ruta poco usual entre los peregrinos. Empezó en Sevilla y visitó Sierra Morena, Málaga y las extremaduras. Asegura que «esta ruta es maravillosa. El año pasado hice el Camino Francés, pero esto es diferente, puedes conocer ciudades mucho más bonitas». Opina que el Camino de Santiago es «algo estupendo, como dicen por aquí, conoces personas que merecen la pena. Al principio me acompañaron tres navarros, uno era alpinista, como yo, y la camaradería apareció inmediatamente». Asegura que está feliz y muy emocionado por haber llegado hasta aquí.