SUCEDIÓ EN 1978
04 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Sólo quedaban 48 horas para la celebración del referéndum sobre la Constitución, cuando el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, se dirigió a los españoles, a través de radio y televisión, para pedirles el «sí» a un texto que abría un nuevo horizonte en la historia de la nación. Frente a la prensa ultraderechista, que anunciaba un futuro apocalíptico si era aprobada, el presidente manifestaba que la Constitución era un triunfo de las libertades y una consolidación de la forma de Estado, basada en una monarquía parlamentaria. «No es cierto -señaló Suárez-, que se consagren el aborto y el divorcio, que se prescinda de la familia y que se dé paso a la desmembración del Estado con el reconocimiento de las nacionalidades y regiones». La revista Fuerza Nueva, que alentaba el notario Blas Piñar, destacó en grandes caracteres: «Franco hubiese votado no». Tenía razón, porque Franco lo que hubiese votado eran los Principios del Movimiento Nacional, que eran permanentes e inalterables (como el acero inoxidable), el Fuero del Trabajo (calco de la Carta di Lavoro mussoliniana) y la Ley Orgánica, que decía que España era un reino, pero el Jefe del Estado sería hasta su muerte el Caudillo Franco, que sólo respondía «ante Dios y ante la Historia». En las encuestas previas se apuntaba que los votos negativos no llegarían al diez por ciento.