
?os trabajadores y visitantes que lleguen al polígono de Milladoiro serán recibidos nada más y nada menos que por una enorme mosca de acero. Los alumnos de soldadura de la Fundación para a Orientación Profesional, Emprego e Formación de Galicia (Forga) han donado al Concello de Ames esta estatua de media tonelada, que vigilará la entrada del polígono industrial desde la rotonda de las calle Palmeiras y Muiño Vello. El alcalde, Carlos Fernández, la definió como «monumento á cultura do traballo», y antes de decantarse por la mosca, los alumnos y su profesor habían pensado en un pulpo y una araña. Si de lo que se trataba era de hacer un homenaje al trabajo, quizás la hormiga habría sido más explícita.