padrón | Un incendio destruyó a primera hora de la mañana de ayer buena parte de la nave de la conocida como Pajarería Teodoro de Padrón, ubicada en el lugar de A Matanza, provocando la muerte de un centenar de animales, en su mayoría pájaros y peces, según las primeras estimaciones. Pero el alcance del suceso no se sabrá, como mínimo, hasta hoy que es el plazo que se marcan los responsables de la pajarería para saber si los animales resistirán la fuerte inhalación de humo hasta el punto de que, por ejemplo, los periquitos se quedaron casi de color negro.
El hermano del jefe de la pajarería, que estaba de regreso de viaje, fue el primero en entrar en la nave en llamas. José Ramón Bueno Casal, que resultó herido leve en los brazos, comentó poco después de quedar el fuego apagado que «os animais xa están morrendo».
El incendio, que podría estar provocado por un cortocircuito, comenzó en la zona de entrada de la nave y se extendió, rápidamente, hacia el final, ayudado por el material inflamable con el que estaba recubierto el techo. Asimismo, afectó a la vivienda ubicada en la parte alta de la tienda, donde dormían familiares del propietario, entre ellos la madre y una niña. Al parecer, la mujer escuchó poco antes de las ocho de la mañana una fuerte explosión, que, supuestamente, destrozó una ventana del inmueble.
Poco después los propios vecinos dieron la voz de alarma, «ao ver saír fume pese a que estaba a chover», según relató uno de ellos. Hasta el lugar se desplazó Protección Civil de Padrón, que sofocó las llamas con la ayuda de extintores y más tarde llegaron los bomberos de Santiago, así como la Guardia Civil.
Tras comprobar que muchos animales fallecieron debido al «fume negro», entre ellos los que estaban en las jaulas ubicada en un primer piso, el hermano del propietario de la pajarería inspeccionó el resto de los animales, todos «moi asustados», en especial los perros.
Asimismo, comenzó su evacuación a otras jaulas ubicadas en el sótano del inmueble, a fin de vigilarlos las próximas horas aunque lo más probable es que muchos no resistan el haber estado expuestos al humo negro que desprendieron las placas del techo al arder. Ahora toca recuento de las bajas por parte del perito del seguro contratado por la pajarería, que lleva abierta 20 años.
Ayer, ni siquiera uno de los cuidadores de los animales supo decir cuántos había en la nave pero, seguramente, miles entre pájaros de todo tipo, perros, ardillas, peces, conejos... Algunos de elevado precio, como los loros, de modo que uno de ellos cuesta 1.150 euros y otro 2.300.
Este último anda en libertad por la nave y ayer lo encontraron acurrucado junto a la puerta de salida de la nave, como «se estivera esperando por min para sacalo», explicó José Ramón Bueno. «Pobres animais», repetía el hermano del propietario, y así lo corroboraban todos los vecinos, conocidos y clientes que se acercaron durante todo el día de ayer hasta la pajarería, muy conocida en una gran área geográfica.