Compostelanos y turistas quisieron saludar y fotografiarse con el líder de los populares, que visitó el centro de Aspas y de Down, y se dio una vuelta por la ciudad
20 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Ayer se obró el milagro. Durante unos minutos, los turistas dejaron de fotografiar la catedral para dirigir sus objetivos hacia algo mucho más novedoso: Mariano Rajoy acababa de entrar en el Obradoiro. No en vano, «aquí está la calle Rajoy, este es el restaurante Rajoy y mira, ese es el palacio de Rajoy», explicaba el líder de los populares a su séquito, formado por unas quince personas entre las que se encontraba la plana mayor del PP compostelano y algunos nombres de la delegación gallega.
Rajoy quiso darse un paseo por la ciudad que lo vio nacer antes de participar en la comida con los militantes programada en el Auditorio. La cosa empezó en la praza do Toural, donde el político hizo una parada para enseñarles a sus compañeros de partido la casa que habitó durante un tiempo. Pero el escándalo llegó nada más enfilar la rúa do Franco. De entrada, cumplir lo que pronto será una tradición en esa calle -eso sí, exclusiva de los turistas-, probar un trocito de tarta de Santiago.
Mientras Rajoy saboreaba el dulce, un grupo de chiquillos que ya lo habían fichado nada más comenzar el paseo esperaban en la puerta. El objetivo, sacarse una fotografía con el líder de la oposición. De hecho, esa fue la idea de parte de los que se cruzaron en el paseo de Mariano. «Un saludo para los canarios, Mariano», le pedía un chico cámara de vídeo en mano. «¿Podemos sacarnos una foto con usted?», preguntaban unos jóvenes que apenas sobrepasaban los 18. «Ahora hay que agregarla al Tuenti», comentaban después entre risas. Los más efusivos, un grupo de canarios que se abalanzaron sobre él frente al pazo de Xelmírez. Fotos, abrazos y apretones de manos. «Qué alto», exclamaba una. «Qué guapo», decía otra.
Hubo quien se atrevió incluso a predecir el futuro: «Con Aznar de presidente del Real Madrid y Rajoy de presidente del Gobierno, ya lo tenemos todo». «¡Gana as eleccións!», le gritó una chiquilla de unos 15 años. «En eso estamos», contestó entre risas Rajoy.
El acto de campaña del líder de la oposición se centró en Santiago en el colectivo de discapacitados. El popular visitó primero el centro que Aspas tiene en Laraño, para dirigirse después a la fundación Down Compostela. Acompañado de la candidata al Parlamento gallego, Paula Prado, Mariano Rajoy escuchó las reivindicaciones de este colectivo, que pasan por poner en marcha la discriminación positiva y facilitar el acceso a los afectados con el síndrome de Down a la función pública. «El Ayuntamiento de Granada convocó unas oposiciones especiales para este colectivo», explicó el presidente de Down Compostela, Juan Fernández, al término de la visita.
Por eso, las asociaciones quieren que esta práctica se extienda a toda España. «Estos chicos pueden desempeñar muchos puestos de trabajo, como conserjes o jardineros, por ejemplo. Pero para una oposición no se van a aprender la Constitución», explicó Paula Prado.