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Comer con sentido y con los sentidos

SANTIAGO

La Universidade promociona la dieta atlántica en sus comedores, para «alimentar os cerebros, e tamén o estómago e o corazón», según explicó el rector, Senén Barro

14 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Galicia tiene una dieta con características privilegiadas desde muchos puntos de vista y consolidada secularmente. Es la denominada «dieta atlántica», basada en alimentos de temporada, locales, frescos y mínimamente procesados; abundancia de vegetales, como verduras y hortalizas, fruta, cereales, pan y grano, patatas, legumbres y frutos secos como castañas y nueces; abundante consumo de pescados, mariscos, moluscos y crustáceos frescos, congelados o en conserva; consumo de lácteos, en especial quesos; consumo de carne de porcino, vacuno y caza; beber vino en la comida en cantidades moderadas; usar aceite de oliva para aderezado y cocinar; y preparación culinaria preferentemente mediante cocción, horno o guisos en vez de fritos.

La USC ha constituido la Fundación Dieta Atlántica para promocionarla, por considerar que de ese modo se favorece «alimentar os cerebros, e tamén o estómago e o corazón», según indicó el rector, Senén Barro, que presentó la iniciativa junto con el vicerrector José Manuel Mayán; y los profesores de la Facultad de Medicina y dos de los principales impulsores de la entidad, Rafael Tojo y Rosaura Leis.

Para dar ejemplo promociona ya este curso los menús elaborados con dieta atlántica en los comedores, mediante una campaña que se presentó ayer públicamente. La iniciativa pretende ser «un compromiso permanente», y suponer un primer eslabón para que se transmita la idea al resto de la sociedad, y así promover «comer con sentido e con todos os sentidos», agregó Barro. La USC quiere así dar una nueva muestra de que es una institución «investigadora, comprometida socialmente, que xera riqueza no noso país», indicó.

La Fundación explica en una publicación los objetivos de salud nutricional en los comedores universitarios basados en esa dieta. Especifica en qué consiste la «pirámide atlántica»: en su vértice están las carnes grasas, pastelería y bebidas blandas, como ejemplos de alimentos que deben consumirse pocas veces al mes; y después los que aconseja comer «algunhas veces» (como huevos; carnes de vacuno, porcino y aves magras; pescado, moluscos, crustáceos y algas; y frutos secos y legumbres); y los que deben tomarse a diario (leche, queso, yogur, aceite de oliva, frutas y vegetales, pan, pasta, arroz, patatas, cereales).

También enseña ese documento a planificar las comidas, la frecuencia del consumo por grupo de alimentos, o el contenido de calorías y nutrientes, para conseguir un «menú atlántico saludable». E incluso ofrece consejos sobre la preparación y condimentación..

Rafael Tojo demostró su erudición fruto de muchos años de dedicación al estudio de este asunto: desde la procedencia de alimentos, algunos como los kiwis o los pimientos de Padrón desde las Antípodas; a su introducción por los romanos, o desde América; o datos como que en Galicia se usa más aceite de oliva que en las comunidades mediterráneas y se utiliza con normalidad desde hace varios siglos, según indicó.