En los 38 años que Paco Fernández lleva regentando la discoteca no ha cerrado ni una sola noche. Sus hijos, a los 18 años, se iniciaron en el negocio
05 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Uno se puede tomar una copa en el Maycar los 365 días del año. Desde que hace 38 años Paco Fernández cogiese las riendas de la discoteca pionera de Santiago y una de las más antiguas de Galicia, el Maycar no se cierra. Nunca. Será por eso que la costumbre de pasar por allí en una noche de marcha ha pasado de padres a hijos. Incluso hay quien, pasados los años de universidad, regresa por allí para recordar los viejos tiempos.
«Hemos llegado a pintar la discoteca de día y por la noche ya estaba abierta», explica Pablo, uno de los hijos de Paco. Él y su hermano Fran se iniciaron en el mundo del ocio nocturno cuando contaban con tan solo 18 años. Por aquella época, se hicieron cargo del after hours Furacán. «Al principio era duro, porque estabas allí desde las 6 hasta las 12 de la mañana», explica Pablo. Lo extraño era también llegar directos de la cama para abrir la puerta a aquellos que todavía no se habían acostado.
Pero se acostumbraron, y a pesar de que son licenciados en Económicas y Empresariales, se dieron cuenta de que lo de los pubs y discotecas lo llevan en la sangre. Fran, de hecho, se decidió por la hostelería cuando estaba a punto de entrar a trabajar en un banco. «Ahí tuve un momento de duda y al final me decidí», recuerda. Hoy en día regentan tres locales. Además del ya mítico Maycar, las pasadas Navidades abrieron en la zona monumental un bar de copas llamado Truques. Hace tres meses ampliaron el negocio y llevan también la cafetería A Cabuxa Tola, situada en Santiago de Chile.
«Es un sacrificio muy fuerte», comentan. Sin embargo, procuran llevarlo del mejor modo posible, y trabajan en turnos entre los tres locales. «Así, el único día que sufres es el lunes, porque es cuando tienes que regular el horario de la semana anterior», afirma Pablo.
Y si el Maycar es pionero en el ocio nocturno de Compostela, sus empleados también llevan toda la vida tras la barra. «El pinchadiscos, por ejemplo, lleva con nosotros 32 años», explica Fran. Y cuando la cosa se pone dura, a partir de las 4 de la madrugada, entre canción y canción ayuda a poner copas. «Somos como una gran familia», explican.
Familia de la que también forman parte los clientes habituales. «Tenemos clientes que van por el Maycar más que nosotros», bromean. De hecho, hubo alguno que pasó 50 noches seguidas por el local. «Se pican entre ellos y dicen. Ese viene más que yo». Por eso, a la mayor parte de la gente que pasa habitualmente por allí después de que echen la verja los locales de la zona vieja, los conocen. «Ellos también nos conocen a nosotros, pero como nos parecemos tanto y trabajamos en turnos, nos confunden». Hay gente que piensa que los dos hermanos son la misma persona.