«Hay santiagueses que tienen colgadas en casa auténticas joyas y no alardean»

M.?CH.

SANTIAGO

«En este mundo el que vale, sale adelante, no seamos derrotistas», afirma este artista

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Sobrino del reputado pintor Alfonso Sucasas, bohemio confeso y tipo de ideas claras, Fernando Alonso Sucasas (Santiago, 1966) lleva media vida que no suelta el pincel. Tras exponer con éxito en la barcelonesa Tuset, ahora prepara el asalto a otra galería, esta vez, una en el centro de Madrid.

-¿Por qué lo de pintar?

-La verdad, es lo que me llena, lo que mejor se me da. Incluso cuando estudiaba alta costura una de mis profesoras me dijo: «Oye, deja todo y dedícate a la pintura, que es lo tuyo».

-¿Y la familia cómo reaccionó a aquel consejo?

-En ese sentido, soy un afortunado, porque siempre me ha apoyado, y sigue haciéndolo.

-Se vio entonces en el espejo de su tío, tal vez...

-No. Sí es cierto que él siempre me animó a seguir adelante, pero mi pintura no tiene nada que ver con la de él. Yo me dedico más al cubismo, al surrealismo, a la abstracción... A mí me encanta ir de viaje por ahí, ver algo que me inspira (un tema, un objeto, da igual) y luego llegar a casa y tratar de plasmarlo. Y lo que salga, sale.

-Los pintores son unos bohemios. ¿Comparte el aforismo?

-En realidad, sí. En mi caso, aunque ahora algo menos, me encanta salir. Desde los 18 años, he pasado muchas de esas noches de estar por ahí hasta las seis o las siete. En eso sí que me parezco a mi tío.

-¿De qué fuentes bebe, a qué referentes admira?

-Cuando vivía, Diego Bernal, el periodista, solía decir que mi trabajo tenía semejanzas con el de [Marc] Chagall. No voy a ser yo quien lo afirme, desde luego. Pero, ya que lo ha dicho otro, tampoco lo voy a negar.

-Excluyendo a su tío, ¿con quién se queda dentro de la pintura gallega?

-Si tengo que elegir a uno solo, con [Antonio] Quesada.

-¿Pastel u óleo?

-Ambos, pero prefiero el pastel, creo.

-Eche números: ¿cuántos cuadros lleva en su carrera?

-¡Buff! Pues no lo sé exactamente. Calculo que entre 400 y 600, e igual me quedo corto.

-¿Cómo se ve dentro de 25 años, todavía pintor?

-Pienso que sí, me veo pintando hasta el final, hasta que el cuerpo aguante. Sería una pena abandonar un camino que es tu vida y tu trabajo cuando ya llevas más de 20 años en él.

-¿Y qué tal le sienta la crisis a esto del arte? ¿Se mantienen los niveles de ventas?

-Un poco sí que se nota, para qué engañarnos.

-¿Cómo es el compostelano: más de mirar o de comprar?

-Hay de todo. Hay gente que de primeras le gusta algo y lo compra cueste lo que cueste y, en el otro extremo, gente que ni para atrás... Eso se ve.

-¿Y tiene la sociedad local gusto pictórico, cultura?

-Hombre, digamos que hay muchas galerías. Y también personas que, aunque no vayan alardeando de ello por ahí, sí que tienen en sus casas auténticas joyas colgadas.

-¿Gozan de apoyo suficiente en Galicia los jóvenes talentos en este mundo o escasea?

-A todos nos llega la oportunidad, no seamos derrotistas. Hay suficientes medios, escuelas... Mire, el que vale, vale. Y, además, sale adelante, salvo raras excepciones.

-En Barcelona viene de cosechar éxito de público y crítica. ¿Qué aguarda de la exposición que prepara en Madrid para finales de este año?

-Gustar a la gente, a eso aspiro. Sin más. Contra lo que pueda parecer, no me impone respeto exponer allí, aunque sea la primera vez que lo vaya a hacer. Siempre hay una primera vez para todo.