Nadal vuelve a ser Nadal. Brilló como antaño y conquistó su sexto Masters de Montecarlo tras aplastar a Fernando Verdasco por 6-0 y 6-1 en una hora y 35 minutos. Su primer título después de once meses y medio, el 3 de mayo del 2009, en Roma. De ahí que ayer acabara revolcado en la arcilla y con lágrimas en los ojos. Su pesadilla, la particular travesía en el desierto de casi un año sin lograr un trofeo, ha terminado por fin. Si la temporada de tierra debía marcar su verdadero nivel tras las lesiones, Rafa Nadal ha superado la prueba con sobresaliente. El rey de la arcilla ha vuelto.
Rafa Nadal no tuvo piedad de su rival y amigo. Verdasco, que jugó con molestias en las cervicales, sigue sin ganarle. El madrileño, que había accedido por primera vez a la final tras doblegar a Djokovic, no pudo oponer resistencia ante el huracán que le golpeaba una y otra vez.
Ritmo altísimo
La primera manga apenas duró 35 minutos, el tiempo que necesitó el ex número uno para sumar un set en blanco Tras jugar a un ritmo altísimo, seguro con su saque, firme con su derecha y agresivo en el resto. Fernando Verdasco tuvo un atisbo de reacción en la segunda manga. Con 4-1 en su contra dispuso de varias bolas de break , pero ahí reapareció el triturador de rivales sobre tierra batida para neutralizar la ventaja del madrileño y sentenciar el partido por la vía rápida.
Nadal no pudo reprimir su emoción. Se cubrió el rostro con una toalla mientras esperaba sentado la ceremonia de entrega de trofeos. Había completado un torneo perfecto. Como en las ediciones del 2007 y 2008, sin ceder un set en todo el campeonato. En sus partidos de los últimos días, apenas ha perdido catorce juegos y el encuentro más largo fue en cuartos de final, frente a Juan Carlos Ferrero, ante el que invirtió una hora y 35 minutos. En su lista de víctimas en Mónaco se encuentran el holandés Thiemo De Bakker (6-1, 6-0) en dieciseisavos, el alemán Michael Berrer (6-0, 6-1) en octavos, Ferrero (6-4, 6-2) en cuartos y el también español David Ferrer (6-2, 6-3) el sábado en las semifinales.
Nadal ha soportado un año muy complicado. Después, un calvario de lesiones que comenzó en Roland Garros, donde cayó eliminado por Soderling. Desde entonces un sinfín de molestias físicas en las rodillas o la espalda le impidieron rendir al cien por cien y le restaron confianza.
Con la victoria en Montecarlo todas las dificultades quedan atrás. La temporada de tierra se prevé exitosa a tenor de unas estadísticas demoledoras. En esa superficie acumula 159 victorias por solo 6 derrotas desde 2005.