El ex corredor navarro Miguel Indurain peregrinó ayer a Compostela a lomos de una bicicleta, en el seno de un grupo de cerca de medio centenar de ciclistas que hizo el Camino de Santiago desde la localidad riojana de Corella. Era el invitado de excepción de la ya tradicional expedición de Antonio Catalán, el propietario de los hoteles AC. Los romeros acometieron el itinerario jacobeo en seis etapas con final en Logroño, Burgos, León, Ponferrada, Sarria y Santiago. En total, 873 kilómetros de recorrido.
Indurain, que fue cinco veces ganador del Tour de Francia, fue reconocido en la plaza do Obradoiro por muchos visitantes de la ciudad, entre los que se mezclaron los ciclistas tras concluir la peregrinación. Es la segunda vez que el ex campeón navarro realiza la ruta jacobea, aunque en la ocasión anterior, en la que concurrió junto al cantante David Bisbal, no llegó a concluir el Camino.
Esta vez sí llegó a la meta, aunque el propio Indurain declaró que mientras en el Tour hay que procurar entrar como ganador, en el Camino de Santiago el objetivo es llegar a Compostela.
La peregrinación le dio al famoso ciclista la oportunidad de recorrer tramos de la ruta jubilar que desconocía, ya que sí conocía otros trechos del itinerario, dentro de la comunidad de Navarra, al haberlos utilizado en múltiples ocasiones para entrenarse en su época de corredor profesional.
El ganador del Tour logró en su etapa de ciclista consagrado otros triunfos relevantes y a su servicio han estado normalmente otros ciclistas para ayudarle a ganar dichas carreras, pero ayer refirió que en el caso del Camino de Santiago todos han tenido que «hacer de todo, atacar, defender y hacer de gregario».