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La concentración parcelaria termina después de 50 años

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

De 23 procesos abiertos solo queda pendiente el de Villestro-Figueiras

28 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Después de un largo y tortuoso camino, el proceso de concentración parcelaria del área rural de Santiago, iniciado en los primeros años sesenta, está casi concluido. De 23 proyectos que comenzaron, solo queda pendiente la parcelaria de Villestro II- Figueiras II, cuyo decreto se remonta a 1.991. Según los datos aportados por la Consellería de Medio Rural , en este proceso -en fase de bases definitivas- se concentrarán 1523 hectáreas pertenecientes a 1.219 propietarios. Las 22 concentraciones ya concluidas han permitido reagrupar 12.169 hectáreas pertenecientes a 10.424 vecinos del rural, lo que evidencia el elevadísimo grado de fragmentación de la tierra.

Diversos estudios calculan que el presupuesto público necesario para concentrar cada hectárea se sitúa en los 3.000 euros. Es decir, que el coste total que ha supuesto la finalización de todos los proyectos rondaría los 30 millones de euros. Algunas parcelarias iniciadas en la zona del rural compostelano en los años 60, como las de O Eixo-Marrozos y Nemenzo-Marantes, concluyeron tres décadas después; y otras, como la de Sabugueira-Carballal, que ha sido la más grande de todo el municipio (ha permitido concentrar más de 2.000 hectáreas), tardaron más de dos décadas. El decreto de esta, por ejemplo, data de 1.977 y los títulos no se entregaron hasta el 2009.

El final del proceso de concentración parcelaria en el rural compostelano coincide con un debate abierto por la Xunta sobre la necesidad de repensar la política de agrupación de tierras. Concebida como una estrategia para lograr explotaciones agroganaderas más viables en un entorno lastrado por el minifundio, las parcelarias, en gran parte de los casos, se han eternizado en interminables recursos, y lo que es peor, se han concretado en zonas sin apenas actividad agrícola o ganadera, pese al enorme esfuerzo de gasto público. Las zonas periurbanas de Compostela son un buen ejemplo de cómo concentrar miles de hectáreas de terreno sin una finalidad clara. Lejos de ganar población ocupada en ramas productivas del sector primario, en la comarca santiaguesa los agricultores y ganaderos profesionales se cuentan con los dedos de una mano. A la espera de conocer los detalles del proyectos de ley que ultima el departamento de Samuel Juárez para la reorientación de las concentraciones, la Xunta sí ha avanzado que solo priorizará aquellos proyectos en zonas en las que exista actividad para rentabilizar la inversión pública. En Galicia quedan todavía 177 proyectos pendientes que afectan a 120.000 propietarios de terreno. En Compostela falta cerrar solo uno después de medio siglo.