Si hay algo que enamora a una mujer es un nuevo par de zapatos. Y Manolo Blahnik sabe, de sobra, cómo convertir esa tentación en realidad.
Cuando se trata de tacones altos no hay otro igual. Sus famosos diseños le quitan el sueño a estrellas como Madonna, quien asegura que sus piezas «son mejores que el sexo, y duran más». Su gran secreto radica en la mezcla de feminidad, sensualidad y fantasía. Para el invierno, adiós a las plataformas y más si se puede experimentar con el glamur de un tacón de aguja que ha marcado durante décadas el sex appeal de los iconos del estilo. Así lo ha debido pensar Manolo Blahnik, quien ha presentado una colección para este Invierno 2011, absolutamente innovadora y revolucionaria, enmarcda en los cánones más vintage de una tendencia perpetua. El creador de los Manolos no ha escatimado ni en color ni en formas para una línea invernal caracterizada por el pie nude que, sin embargo, nos desvela la osadía del creador en los botines forrure, donde aúna el carácter rústico del borreguillo con la más exquisita horma. La combinación, un tanto extravagante, de elementos es la norma. Estructura de sandalia romana para salones, bicolores imposibles y un touch que acelera el corazón: el tacón de aguja curvado. Encabezada por el zapato presentado hace unos días en honor a la ciudad de Madrid (adornado con madroños, oro y grana), esta colección marca las directrices del buen gusto y la elegancia dejando a parte la tendencia más radical para dar paso a la armonía de las formas y la belleza más exquisita. Transgresoras, exclusivas, excepcionales y favorecedoras, estas piezas son para siempre y están especialmente indicadas para que las mujeres se sientan como las más bellas del baile. Una colección formada por botines, sandalias, botas, zapatos, bailarinas... Los nombres de las siete colecciones: Straps, Form, Tolstoy, Texture, Surrealism, Alhambra, Cervantes y Timeless.