Semana triste
La verdad es que la semana nos trajo bastantes noticias negativas. El sector textil, tan importante en Galicia, perdió a una de sus principales referencias: María Mariño. La viguesa formó parte de aquella Galicia Moda de los ochenta que marcó una época. También se nos fue Rita Regojo, que ocupó muchas páginas sociales y solidarias. Curiosamente, su padre, José Regojo, ya tenía un imperio textil en Redondela mucho antes de que María Mariño viniese al mundo. Aquella empresa familiar se acabó y Rita obró el milagro de Aldeas Infantiles de Galicia. Una mujer irrepetible. Y entre disgusto y disgusto, otro mazazo; la muerte de Nacho Salorio, abogado, pintor y cocinero. Recuerdo la última vez que cené en el Loxe Mareiro en su restaurante-refugio-taller de Carril. Emilia, su mujer, me anunció la enfermedad de Nacho. Nunca me podré olvidar. A la incineración acudieron varios compañeros de los despachos madrileños en los que trabajó como abogado laboralista, entre ellos Cristina Almeida. En el último adiós, Roberto Somoza interpretó al saxo Dear Lord, de John Coltrane, una de las piezas favoritas del amigo que se nos fue. Su viuda está dispuesta a seguir adelante con la exposición de pinturas de Nacho prevista para el día 28 en una de las salas de la fundación Novacaixagalicia en Vigo. Sería un homenaje póstumo más que merecido.
Hasta el 99.999
Justo en esta semana triste, las administraciones de lotería recibieron los décimos de la alegría. Son los contrastes de Mi Galicia. Sí, porque los billetes del gordo ya están aquí. El año pasado, una vez más, la suerte fue esquiva, aunque «hubo 500 familias que recibieron 5.000 euros cada una. Para algunos no significó mucho, pero a otros les solucionó el año», me comenta Suso Alonso, desde el despacho de Ribadumia, donde vendió un quinto premio. El lotero me contó la novedad del sorteo del próximo diciembre: «Por primera vez, la numeración será hasta el 99.999», comenta el hombre que el año pasado repartió más dinero del gordo en Galicia.
Nuevos curas
F ue un día especial para las familias gallegas que vieron cómo uno de sus miembros era ordenado presbítero o diácono en la catedral de Santiago. La lista de nuevos sacerdotes la integran Fernando Chacón, José Antonio Pedrosa, Óscar Valado, Juan Orlando Crespo, Alberto Recarey y Celestino Fernández. Los dos diáconos son Carlos Fermín Santiago y Ricardo Sanjurjo, hijo de Manolo Sanjurjo, presidente de honor de la peña deportivista de La Estrella, una de las históricas en A Coruña. Por cierto, unas horas después de la ceremonia de ordenación desapareció el Códice Calixtino. Definitivamente, la semana estuvo gafada.