Jason Bateman: «No le recomiendo a nadie esta profesión»

ANGÉLICA MARTÍNEZ

SANTIAGO

Famoso por sus papeles secundarios en películas como «Juno», estrenará tres filmes en España durante las próximas semanas. La primera, «Paul», sobre un alienígena

22 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Jason Bateman lleva trabajando como actor desde que debutó a los 10 años en La casa de la pradera. Desde entonces, ha participado en más de diez series y en cerca de 60 películas. Secundario en títulos de éxito como Juno, Up in the Air, State of Play, Couples Retreat y The Switch, este verano estrena tres películas seguidas. Primero aterriza Paul, una comedia donde comparte protagonismo con Kristen Wiig y Simon Peck; dos semanas después llegará Cómo acabar con tu jefe, donde vuelve a trabajar con una de sus mejores amigas en la industria, Jennifer Aniston; y, finalmente, estrena El cambiazo, junto a Ryan Reynolds y Olivia Wilde, una cinta donde Bateman soporta todo el peso sobre sus hombros.

-En «Paul» hay un reparto de actores sensacional: desde Kristin Wiig hasta Simon Peck, y usted mismo.

-Ellos son los importantes, no yo. A mí me gusta que me inviten estos actores a sus películas porque siento que me invitan a la fiesta. He disfrutado mucho rodando este filme, tratando de estar a la altura. Para mí es importante formar parte de grandes elencos, creo que eso es mejor que ser el único protagonista.

-Su personaje no es el más simpático o el más divertido.

-No, no lo es. Interpreto a un agente federal. Un tipo sin humor que viste un traje oscuro y es enviado para seguir los pasos de un alienígena que se ha escapado.

-Parece que usted se ha convertido en el actor secundario de lujo.

-Yo no busco ser la estrella de ninguna película. A mí, si me llama Michael Mann, Peter Jackson o Steven Spielberg para protagonizar una de sus películas, por supuesto diré que si, pero no estoy seguro de ser yo lo que ellos buscan [se ríe].

-Usted siempre ha dicho que le gustaría dirigir: ¿qué películas le interesan?

-Ahora mismo, mi gusto se acerca más a las comedias oscuras, pero son precisamente las que no hacen mucho dinero, así que no sé quién estaría dispuesto a subvencionarme. Uno necesita hacer dinero para dirigir comedias y, ahora mismo en Hollywood, ese mercado está saturado, aunque me encantaría que me dieran la oportunidad de dirigir.

-Lleva más de 30 años trabajando en Hollywood. Su primer papel fue en «La casa de la pradera». ¿Cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido en estos años?

-Me lo dio Katherine Hepburn cuando era todavía un niño. Trabajé con ella en una película para la televisión y no me sabía bien mis diálogos, exageraba mis movimientos... Ella se acercó a mí y me dijo: «Mira, si vas a sobreactuar deja esta profesión, porque nadie quiere ver a un actor así». No se me ha olvidado nunca esa frase. Desde entonces me aprendo mis líneas a la perfección, las ensayo, y no exagero. Trato de encontrar siempre el tono adecuado. Lo que me dijo, en lugar de desanimarme, me ayudó a mejorar mucho en mi profesión.

-En un par de semanas estrena «Cómo acabar con tu jefe», con Jennifer Aniston. Una película donde los protagonistas contratan a un asesino para acabar con sus jefes. ¿Alguna vez ha querido matar al director con el que trabajaba?

-Hum... He tenido suerte porque no he trabajado con nadie a quien quisiera matar. Tal vez con un par de ellos no repita, pero no siento la necesidad de contratar a un asesino a sueldo para matarlos [se ríe].

-Su padre era director, guionista y productor. ¿Influyó en su decisión de convertirse en actor?

-Él, en lugar de jugar con nosotros al futbol, nos llevaba al cine. Desde los 3 años quise impresionar a mi padre, por eso un día, con 10 años, me apunté a la audición de La casa de la pradera y conseguí el papel. Después vinieron Silver Spoons y Enredos de familia.

-Dicen en Hollywood que no es fácil saltar de niño a actor adulto.

-Es muy difícil. A los 20 me distraje muchísimo con las fiestas. Pero, en comparación con otros actores, la mía fue una transición fácil, porque seguí trabajando constantemente. La interpretación es un trabajo muy duro. Es muy difícil vivir de esta profesión. Todo es impredecible, aunque tampoco te aburres. Yo no se la recomiendo a nadie

-Muchas veces interpreta al héroe que se contiene, mientras que sus compañeros en pantalla reciben las carcajadas. ¿No le gustaría tener más responsabilidad en sus películas?

-Sí. De hecho, en El cambiazo tengo un personaje mucho más llamativo que, si gusta al público, espero que me dé la oportunidad de interpretar personajes diferentes.

-¿Cuál ha sido la mejor oportunidad de su carrera?

-Sin duda, la serie Arrested Development. Ha sido el trabajo más importante que he hecho y, además, mi favorito.