Qué verdes eran las fincas de Aríns y de Espiño

xosé m. cambeiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La escombrera de Aríns surgió como la oportunidad de llenar el agujero de una antigua mina de cobre abandonada, y terminó convirtiéndose en un monstruo medioambiental. ¿Cómo es posible que se llegase al grado de abandono, descontrol y confusión en un servicio de este tipo? Al bipartito lo eligieron para gobernar en Santiago, no en Babia. Un terreno que es municipal aparece por arte de birlibirloque en manos de una sociedad del Estado. El Adif se metió en su saco varias parcelas próximas al área ferroviaria, al tuntún, y las registró en el catastro.

Lo de al tuntún es simple apariencia, pero en Raxoi quieren averiguar si en realidad fue un lote irreflexivo el que documentó para su provecho la gestora de los ferrocarriles. Resulta cuando menos extraño. Dos años después se descubre el busilis catastral y todos quedan desconcertados.

Lo cierto es que el descontrol reinó en el paraje de Fornás, que será idílico cuando se descarguen unas cuantas paladas de millones de euros sobre él. Es lo que prevé el gobierno local.

Hoy la escombrera es un paisaje de humos. No hace falta acercarse a verlo. Con echar un vistazo desde el coche, yendo hacia Rodiño, se puede divisar el panorama. Sabe Dios cuánto material insalubre cayó en ese extenso pozo sin fondo impermeable. Por lo que se observa en el humo, nadie ha descargado kilos de plutonio sobrante de la guerra fría.

Lo que no se ve es la escorrentía poluta mezclándose con los manantiales. Es de esperar que no llegue a ningún botijo. Pero ello mismo obliga a Raxoi a actuar con la máxima urgencia para extinguir la infecta amenaza medioambiental que se cierne sobre la salud.

Como en el paraíso terrenal, hay ya un pecado de origen en la escombrera de Aríns. El escenario resulta poco recomendable. Se ha hecho caso omiso a los sucesivos informes desembarcados en los despachos municipales, que incluso demandaron el traslado de los vertidos a otra hondonada más idónea. Las irresponsabilidades son de pago.

Pisos con vistas

El verde crecerá en Aríns, pero decrecerá en O Espiño. Ya estaba previsto que así fuese, pero ahora con un cambio de manivela en el PXOM que mudará el decorado arquitectónico. En vez de un geriátrico habrá, simple y llanamente, viviendas. No es un lugar para viejos.

Cuando Conde Roa avanzó acuerdos de inversión con empresas privadas, casi nadie sospechaba que la finca de Espiño iba a estar en el lote. Para Layetana, que había perdido en los tribunales su pleito con Raxoi, San Gerardo Conde figura ya en sus altares con la aureola más luminosa. Había comenzado a meterse en Espiño con una residencia comunitaria y entra al fin con su soñado proyecto inmobiliario. Qué servicios comunitarios ni que ocho cuartos, más pisos y con vistas.

La oposición clamó al cielo y el gobierno local replicó que la operación venía a concederle carta de naturaleza a lo que encierra el proyecto residencial «enmascarado» de Espiño, y que los millones que van a llegar al pairo del exgeriátrico alivian la extenuación económica heredada del gobierno anterior. Un argumento cuestionable que aún sigue aplaudiendo Layetana.

La iniciativa deja en mal lugar a Dositeo Rodríguez. El término pelotazo ha surgido con mucho énfasis en boca de Sánchez Bugallo. Pero no lo patentó él. El grupo de Dositeo pronunció una y otra vez el mismo vocablo para referirse a la operación del PSOE en Espiño. Las dos tesis especulativas no tienen el mismo tinte.