La nueva estación de tren de Santiago no es la única obra relacionada con el AVE que la crisis va a obligar a aplazar o incluso a replantearse. En el mismo caso están Valladolid, Vitoria o Logroño, ciudades en las que estaba previsto soterrar las vías del tren y se va a esperar hasta que el nuevo Gobierno en Madrid busque los recursos y establezca las prioridades. Talavera de la Reina (Toledo) y la línea que va a Asturias están en el mismo caso, por ejemplo.
En Galicia, además de Santiago, la crisis también afectará a Ourense, ya que pese a que el ADIF adjudicó el proyecto de la nueva estación a Norman Foster por casi 4 millones de euros, más los 67 de la obra, el Gobierno Rajoy dará marcha atrás y se replanteará esta inversión.
«En Santiago se puede adaptar la estación actual a las necesidades del AVE. No nos olvidemos que ya está funcionando así desde el día 10 y que no se producirán cambios hasta el 2018-2020, cuando está previsto que se complete la línea de alta velocidad con Madrid. En ese momento, podremos hablar de una estación nueva o de reformar por completo la actual, que es muy digna. Hay que priorizar, aunque sin renunciar a la calidad comprometida», explica Xosé Carlos Fernández, ingeniero de obras públicas y experto en ferrocarriles.