Una ciudad bajo techo

SANTIAGO

Entrar en marineda city, El mayor centro comercial y de ocio de España y el tercero de europa, es como hacerlo en una ciudad en la que no falta de nada, desde una bolera a una galería de arte

15 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

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U no puede pasarse la vida entera ahí dentro. Nada echará en falta. Para contar lo que allí hay, se ha de coger aire. Hablamos del mayor centro comercial y de ocio de España y el tercero de Europa. Podrá dormir en una de las 113 habitaciones de un hotel de cuatro estrellas; desayunar, comer, cenar o tomar una copa en sus más de 30 restaurantes y cafeterías; vestirse en cualquiera de las 50 tiendas de moda y 5 de deportes; cortarse el pelo, comprar una aspirina o acicalarse en cualquiera de los nueve establecimientos de belleza; aparte de adornarse en sus 17 negocios de complementos y joyería, revisar la vista, sacar dinero del banco, comprar un décimo de lotería, arreglar un zapato, cambiarle las ruedas al coche, adquirir un libro o un cuadro en su galería de arte, ir al cine, jugar al golf, a los bolos, dejar al niño en una guardería o participar en una carrera de karts en una pista de 300 metros. Y hay más. Si es mamá, tendrá una sala de lactancia y su hijo dispondrá de aseos exclusivamente infantiles y, para que sea imposible perderlo, podrá ponerle una pulsera de seguridad. Los minusválidos cuentan con motos adaptadas y se dispone de un servicio de silla de ruedas. Para conectarse al resto del mundo, Internet gratuito, y para no perderse (aunque de eso se trata, de perderse en sus 500.000 metros cuadrados construidos -83 campos de fútbol-), el centro dispone de pantallas táctiles que indican a uno dónde se encuentra lo que busca. Si va en coche, el aparcamiento da cabida a 6.500 vehículos, con todas las plazas robotizadas. Y todo ello, en un lugar donde se encuentra gente trabajando las 24 horas del día durante los 365 días del año. Es un no parar donde trabajan más de 4.000 personas, a las que se suman otras tantas de empleos indirectos.

Por Marineda City, ubicado en un punto neurálgico de A Coruña, pasaron hasta el mes de diciembre -fue inaugurado en abril del año pasado- un total de ocho millones de personas (más del triple de la población gallega). Es una ciudad estructurada en torno a una gran plaza peatonal al aire libre.

Al margen de la oferta comercial capitalizada por el primer y único centro Ikea de Galicia y por El Corte Inglés, Marineda City cuenta con tres plantas comerciales con más de 200 establecimientos diferenciados. Solo la restauración y el ocio multiplican las posibilidades en una carta en la que caben prácticamente todas las cocinas del mundo, distribuidas en establecimientos que, juntos, suman casi el 20 % de la superficie total del centro comercial.

Tiendas y restauración aparte, cualquiera se lo pasa pipa en un centro que costó una barbaridad, pues supuso una inversión de 450 millones de euros. Desde que abrió sus puertas se ha convertido en un referente del ocio en Galicia. Ahí se puede jugar al golf mientras el hijo disfruta de coches de choque. O sentirse Fernando Alonso sobre un kart en el único karting indoor de la comunidad. Si lo que le gusta a uno son los bolos, la bolera parece un estadio. Y para los pequeños, una pista de patinaje, un parque de atracciones y salas de juegos. Recórcholis, un espacio infantil dedicado al ocio, cuenta hasta con una piscina con lanchas motorizadas y una zona para fiestas infantiles con multitud de juegos. Vamos, lo nunca visto por estos lares.

Marineda City es inmenso. En su desarrollo se han utilizado más de 6.600 metros cuadrados de vidrio en cubiertas singulares, de los que más de 3.500 corresponden a la fachada principal. También se han empleado 16.000 toneladas de acero en estructuras, 14.000 metros cuadrados de granito en el interior y otros tantos en la plaza exterior. Hortacoslada, la firma gallega que se dedica a realizar los soportes de grandes obras, como la T4 de Madrid, se encargó de crear la estructura principal de Marineda City. Para ello, utilizó 2.200 toneladas de chapa y perfiles comerciales con los que construyó los pilares de la cubierta y pasarelas interiores del centro comercial.

Entrar y quedarse pasmado todo es uno. Cuentan sus responsables que el 54 % de las personas que lo visitan a diario proceden de A Coruña y su área de influencia. La otra mitad llegan del resto de Galicia y de España. Y se han quedado como piedras al recibir recientemente noticias de uno de los mayores portales de viajes del mundo, que está interesado en incluir entre sus destinos este centro. Miles de británicos han mostrado interés en visitarlo.

Llegar hasta aquí no tiene pérdida. No hay ninguna construcción en Galicia más grande. Se ve a kilómetros. Vengas de donde vengas. Los que llegan por la N-VI entran directos por una de las seis puertas del centro. Y los que lo hacen desde la ciudad, exactamente igual, bien por Alfonso Molina o por la avenida de Arteixo. Y a pesar que en estos días estamos en plenas rebajas de enero y la afluencia es gigantesca, es prácticamente imposible sentirse agobiado. Hay mucho espacio que llenar. Y sobran lugares en los que descansar, leer un libro o, simplemente, tomarse un café.

Tres palabras resumen su medio millón de metros cuadrados: «Excitante, impresionante y majestuoso».