Los propietarios del inmueble recogieron las llaves en el juzgado después de que se dictara el desalojo
25 ene 2020 . Actualizado a las 19:19 h.En el 2015, el restaurante Casa Vilas habría cumplido cien años de existencia. Pero ya no podrá ser, porque la familia de hosteleros ha echado definitivamente el cerrojo y entregado las llaves del inmueble en el juzgado, donde acaban de ser recogidas por la familia propietaria.
Se trataba de una muerte anunciada hace varios meses, cuando Paco Vilas explicaba que la entrada en vigor de la Ley de Arrendamientos Urbanos vigente impediría celebrar el centenario en el 2015. Esta ley, publicada en 1994, concedía una moratoria para regularizar las rentas que terminará a finales del año 2014.
El pasado mes de agosto, Paco Vilas aseguraba desconocer cuál sería la renta demandada por los propietarios, pero explicaba que dada la situación económica actual no parecía viable mantener el negocio hostelero abierto. Vilas también aclaraba que «en cuanto me suban el precio me voy para casa», precisamente lo que ha sucedido.
La historia del restaurante Casa Vilas comenzó en 1915, cuando la abuela de Paco Vilas abrió una casa de comidas. Desde sus inicios se convirtió en un referente en la ciudad. Los feriantes, que acudían los jueves a su cita en Santa Susana, paraban a comer cocido, callos, cordero o pollo con arroz. En la cocina, la abuela fue sustituida por la madre de Paco y Moncho Vilas. En 1975, Moncho abrió el Anexo Vilas y Paco se quedó al frente de la gestión del restaurante de la calle Rosalía de Castro, 88. En poco tiempo, la labor de márketing y los contactos convirtieron al restaurante en un referente de la cocina gallega.
Por sus mesas pasaron desde Juan Pablo II hasta Mick Jagger y el emperador de Japón, Akihito. Casa Vilas fue testigo de una cita histórica en la que se reunieron para hablar y comer Manuel Fraga y Xosé Manuel Beiras El ex presidente de la Xunta era uno de los clientes más asiduos del ahora clausurado restaurante Casa Vilas.