Orines y desperdicios en el casco viejo empobrecen la imagen de la ciudad
28 jul 2014 . Actualizado a las 20:51 h.Las Festas do Apóstolo están dejando un reguero de suciedad a su paso. Los orines y desperdicios acumulados tras los distintos eventos nocturnos en las plazas más emblemáticas del casco monumental empobrecen la imagen de la ciudad estos días, justo cuando mayor es la afluencia turística.
A pesar de haber cinco baños portátiles en A Quintana, en los últimos dos conciertos de pago se contaban por decenas las personas -hombres y mujeres- que decidieron saltarse la cola y aliviar sus vejigas contra el empedrado monumental. Un olor insoportable y un gran reguero de orina corría por las escaleras desde A Quintana de Vivos en la actuación de Los Planetas. Al día siguiente se repitió la escena con la banda británica Crystal Fighters, dado que en ambos casos no se permitía a los asistentes volver a acceder al recinto una vez que lo abandonaban. En la noche del sábado la mayor cola para ir a los servicios sumaba unas treinta personas, aunque una joven aseguraba en el momento de entrar que no había tenido que esperar más de diez minutos para ponerse la primera.
A pesar de que orinar en el casco histórico de Santiago está penado con 750 euros de multa, ni la seguridad privada de los eventos ni la Policía Local allí presente tomaron cartas en el asunto.
Pero más allá de este hecho concreto, la suciedad se hace patente en otras plazas y rúas de la ciudad. Sin ir más lejos, en el mismo Obradoiro, epicentro de los objetivos de las cámaras estos días, un remolino de desperdicios revoloteaba el día grande de Santiago en una pequeña corriente de aire que se forma al margen derecho de la fachada de la Catedral, ajeno a la visita de los reyes.