El alcalde y Hernández se acusan mutuamente de buscar la confrontación institucional entre administraciones
25 jul 2015 . Actualizado a las 04:00 h.La contienda política entre el actual gobierno (CA) y su antecesor (PP) no afloja ni en los días más señalados de las fiestas. Mientras gigantes y cabezudos entretenían ayer al público en el casco viejo, Martiño Noriega y Agustín Hernández abrían un nuevo frente por la ausencia del primero en la entrega de las medallas de Galicia. La confrontación dialéctica, en la que terció el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, no fue precisamente de guante blanco, aunque no fue la única. La política local de lucha contra el fuego, con el incendio de Figueiras de fondo, derivó en otro agrio desencuentro entre ambas formaciones.
Noriega y Hernández llegaron a acusarse mutuamente de buscar el conflicto institucional entre administraciones. El exalcalde no perdió ayer la ocasión de afear de nuevo a su sucesor su ausencia en un acto de la Xunta en el que considera que el regidor debe representar a la ciudad: la entrega de las medallas de Galicia. Ya lo había hecho hace un mes, con las que llevan el nombre de Castelao. Aunque sin Noriega, el gobierno local sí estuvo representado en esta ocasión por su primera teniente de alcalde y su portavoz. No había sido así hace un mes.
Pero para Hernández, la cuestión está en la ausencia del regidor, que presidió el homenaje a Camilo e Isaac Díaz mientras la Xunta entregaba sus distinciones en el Gaiás. El popular vino a decir que esa coincidencia obedecía a una iniciativa premeditada de Noriega: «Ese acto podía telo celebrado en calquera momento que fose compatible coa entrega das medallas, programadas hai tempo». Advierte Hernández que el alcalde «está a buscar un choque de trens entre administracións», lo que «prexudica gravemente a Santiago».
Pero si alguna actitud hay reprochable para el regidor es el empeño del popular de buscar ese «choque onde non hai vocación», dijo un Noriega molesto por unas declaraciones «baseadas na mala fe» y «farto» de que su antecesor «busque conflito onde non o hai». El regidor adujo un cambio de horario en el homenaje a Díaz Pardo solicitado por sus hijos para justificar su ausencia en el Gaiás, «pero o goberno estivo representando». Y Rueda no dejó de recordar que el alcalde representa a todos los vecinos «non só a uns poucos nin sobre todo só a si mesmo».
La política antiincendios alimenta también un duro cruce de acusaciones
Con las 70 hectáreas calcinadas anteayer en Figueiras como marco de fondo, CA y PP se enzarzaron también en una dura confrontación por la política antiincendios local. El concejal de Convivencia, Xan Duro, se lamentaba de que el gobierno de Hernández hubiese dejado para el verano solo 21.000 euros de los 230.000 que había para desbroces por iniciarlos antes de lo necesario, vino a decir, por «razóns electorais».
«Quixérono facer» antes, con lo que «das tempo para que o monte volva tirar toxo e fieitos para arriba». Según Duro, «o monte hoxe en día é unha faísca, e un pouco de vento, un pouco de calor, un desequilibrado ou calquera accidente e liamos unha como a de onte», dijo en relación a dicho incendio. El responsable del área de Convivencia mantiene que los desbroces «non se fixeron no momento en que correspondía», frente a la opinión del PP, que defiende que sí se hizo cuando era necesario, en mayo, con la campaña de primavera-verano, para que diese tiempo a tener preparado para el estío.
«Electoralismo»
Nada de «electoralismo», replican los populares, que se preguntan qué habría dicho CA si esa tarea hubiese quedado pendiente hasta que el nuevo gobierno comenzase a gestionar. Y lo emplazan a habilitar remanentes para disponer nuevos fondos si consideran preciso actuar de nuevo, una iniciativa en la que según Duro ya está CA, a la que los populares acusan de recurrir, «pese a presentarse como la nueva política», a «argumentos rancios de la vieja política» para utilizar el fuego como arma arrojadiza.
Mientras, la asociación vecinal de Figueiras hacía patente ayer en un comunicado su enfado por el abandono del monte, y no solo por los propietarios «aos que non lles é rendible nin accesible para a súa limpeza», sino por la Xunta y el Concello «no seu desleixo» para promover políticas de desarrollo socioeconómico del monte. Refiere además que la prevención «faise no inverno, outono e primavera para minimizar riscos no verán» y con la exigencia de que las parcelas estén en un estado que no supongan «riscos potenciais engadidos». Y el PSOE demandó un gran pacto para mejorar la prevención.