Los Pilotos, formada por dos integrantes del grupo Los Planetas, abre hoy el ciclo «Compostela conversa»
17 mar 2018 . Actualizado a las 04:55 h.19.30 horas • Auditorio de Galicia • 10 euros • Los Pilotos, la banda de Banin Fraile y Floren Muñoz de Los Planetas, abrirá la nueva edición del ciclo Compostela conversa. Una cita en la que además de su concierto y el de Aries, incluirá como punto de partida un diálogo con el público sobre diversos aspectos relacionados con la música.
-Esta tarde pondrán banda sonora a filmes de Miyazaki, ¿en qué consiste el proyecto?
-Tocaremos sobre secuencias de películas emblemáticas de Miyazaki, como El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke... Sobre esas imágenes estamos haciendo música en directo sincronizada.
-También acaban de sacar «Alianza Atlántica», donde por primera vez ponen voz a su música después de ocho años de trayectoria, ¿por qué decidieron incorporarla?
-Uno de los pilares de Los Pilotos es siempre investigar y profundizar en cosas nuevas. Lo que más llamaba la atención es que no había cantantes, que eran todas canciones de desarrollo, algunas más paisajísticas y otras más directas. Entonces, en los viajes que hemos hecho con Los Planetas a Sudamérica, viendo la cantidad de artistas emergentes que hay y no se conocen aquí, se nos ocurrió la idea de colaborar con ellos e introducirlos en nuestra música.
-Hoy dialogarán sobre la música electrónica, ¿cómo es el presente y su futuro?
-La música siempre está evolucionando y reinventándose, avanzando sin mirar nunca atrás. Y la música electrónica nunca ha estado en mejor momento por la evolución tecnológica que hay hoy. Cualquiera puede acceder a ella y facilita que cada uno se cree un estudio y desarrolle su idea. Solo acaba de empezar.
-¿Es difícil desprenderse de la sombra de Los Planetas cuando actúan como Los Pilotos?
-Asumimos esa realidad, somos Los Pilotos pero nadie se quita de las cabeza que somos Floren y Banin de Los Planetas. Esta banda nos permite desarrollar una parte creativa que tenemos Banin y yo, desarrollarnos como músicos y personas.