Además de fijar el foco en el Xacobeo, apuesta por reformas urbanas en la transición del casco viejo al Ensanche, en el entorno de la intermodal y por un moderno pabellón en el sur
29 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Xosé Sánchez Bugallo tiene claras sus prioridades para el arranque del mandato. Ahí, por encima del propio programa, mandan las urgencias de la ciudad. Y a partir del 15 de junio, en que tomará posesión la corporación, hay tres que marcarán el calendario inicial de su gobierno: los preparativos del Xacobeo, la revisión del proyecto de Clara Campoamor y la demanda de un compromiso oficial de Madrid (con tecnología y financiación identificadas) para la nueva depuradora antes de que acabe el año.
Pero al margen de las urgencias y de la gestión ordinaria, el socialista se ha puesto como meta la renovación de distintos espacios de la ciudad, ya sea para afrontar con una visión equilibradora la dotación de nuevos servicios o ya para modernizarlos y adecuarlos a nuevos parámetros de movilidad.
Entre los equilibradores, su programa electoral ha fijado la atención en Santa Marta, un barrio en efervescencia constructora cuando la crisis económica comenzaba a asomar y cuya creciente población demanda servicios. Ese será el destino de la próxima escuela municipal infantil, una necesidad en la que han coincidido todas las candidaturas. Pero también del próximo complejo deportivo. Ahí también existe una coincidencia amplia. De hecho, el PP tenía una propuesta similar.
El socialista ha recuperado asimismo con esta campaña su vieja aspiración de conectar el centro con el Gaiás a través de un teleférico, aunque desde el Ensanche, lo que lo sitúa al pie del casco viejo y serviría también de elemento revitalizador del comercio. Su propuesta uniría el Gaiás y la plaza de la Constitución.
La renovación de la conexión entre la ciudad histórica y la zona nueva es otra de las iniciativas que dieron cuerpo al programa electoral de Bugallo. El próximo alcalde entiende que el tratamiento urbano de A Senra precisa un cambio que haga más diáfana esa conexión, una intervención que se extenderá hasta Porta do Camiño y que alcanzará también a la plaza de Galicia.
Sin fechas en cualquier caso, no está claro que la reformulación de la plaza pueda encajarse en el nuevo mandato. La concesión del párking concluye hacia finales de ese período y adelantarse requeriría una negociación con la empresa que lo explota. Bugallo no descartó nada en campaña, aunque sí sostiene que la intervención debe contemplar un nuevo aparcamiento.
Alternativas para el Peleteiro
El que sí tiene un margen temporal ya prefijado es el estudio del futuro de la finca del Peleteiro. El vencedor en las urnas se comprometió a iniciar en los tres primeros meses de gobierno el estudio de alternativas para esa parcela, en la que ve «a última oportunidade» de revitalización del Ensanche. Cree que hay opciones para que sirva de motor del ámbito sin suponer una amenaza para el comercio. La solución se valorará con vecinos y comerciantes. El socialista también hizo bandera de la promoción de vivienda protegida en los suelos municipales ya urbanizados y de la recuperación del programa para desarrollar el suelo de Amio para 2.200 pisos.
La reconversión del Restollal y Amor Ruibal en un bulevar
En materia de infraestructuras, el primer compromiso de Bugallo, por su urgencia, está con la revisión del proyecto para la reforma de la avenida Clara Campoamor. El próximo regidor no comparte la filosofía ni la solución de CA. Entiende que debe tenerse en cuenta la movilidad que se genera en un entorno más amplio del analizado por el actual gobierno. Además, quiere que la urbanización, atendiendo a las necesidades de acceso de la intermodal por ese vial, guarde relación con la reforma que también plantea, con más calma, para la avenida del Restollal y la calle Amor Ruibal, entre las rotondas de Castiñeiriño y Cornes (Galuresa). Se trata de dejar atrás la imagen de autovía de la primera y de convertirla, junto con Amor Ruibal, en un bulevar urbano con dos carriles de circulación, más espacio peatonal y carril bici. El proyecto eliminaría la rotonda inferior de Pontepedriña (de acceso a los polígonos residenciales) y dejaría el Restollal a un solo nivel. La reforma del Hórreo es también un objetivo de Bugallo vinculado con la actuación en la intermodal, para la que reclamará ya la adecuación de la terminal ferroviaria, sin esperar a los tres millones de pasajeros. Esa misma línea reivindicativa guiará la actuación de su equipo con respecto al orbital.