Bugallo asume que el plazo de pago a proveedores no se reconducirá este año
SANTIAGO
El pleno destina 6 millones del superávit a amortizar deuda y 1,8 a facturas del 2018
16 jul 2019 . Actualizado a las 23:57 h.El Ayuntamiento no cumplirá con el período de pago a proveedores que fija la ley (30 días) hasta final de año, en el mejor de los casos. Antes será complicado, según apuntó el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, en el pleno con el que arrancó la semana en Raxoi para aprobar los expedientes de crédito para hacer frente a los 1,8 millones de facturas que quedaron pendientes el pasado año. Se trata de gastos realizados por el gobierno de Noriega que, mayoritariamente, o bien no estaban amparados por crédito (435.435 euros en contratos menores, de comunicación, actividades, inversiones y SGAE...) o carecían de crédito y de contrato (926.092 euros de luz, servicios postales, otros prestados por la USC y conciertos del WOS.
En esas condiciones, solo se pueden afrontar esos pagos a través de la modificación del presupuesto con la ampliación de partidas ya habilitadas o la aprobación de créditos extraordinarios, lo que hizo el pleno con el apoyo expreso del gobierno (PSOE), CA y BNG y la abstención del PP. Los fondos proceden del superávit que dejaron las cuentas del pasado año, al igual que los 5,7 millones que la corporación decidió destinar a la amortización adelantada de la deuda municipal. Esa inyección dejará la carga financiera a final de este año en 22 millones, aunque no sería ese su destino si Raxoi pudiese decidir libremente sobre el superávit. Pero no puede.
Por imperativo legal, parte de él debe amortizar deuda por adelantado, según apunta la conocida como ley Montoro para aquellos municipios que sobrepasan el plazo de pago a proveedores. Y Santiago lo supera todavía. Fue una constante durante buena parte del anterior mandato y Bugallo asumía ayer que situarlo dentro del límite legal es el objetivo, después de que Goretti Sanmartín viese poco ánimo en ese sentido en la intervención de la edila de Facenda, Marta Abal.
«É o obxectivo, pero non vai ser posible antes de fin de ano: non creo que poidamos no 2019», aclaraba el regidor. La prestación sin contrato de servicios de grandes importes lastra esa posibilidad. Esa circunstancia (heredada del ejecutivo saliente) obliga a reconocimientos extrajudiciales de crédito, lo que complica su gestión y afecta al período medio de pago a proveedores, dijo.
Con todo, Raxoi se reservará de momento los otros 5 millones de ese superávit por si el período de pago se recondujese antes. Con sus obligaciones financieras en mínimos históricos, no es la carga de los préstamos bancarios la que preocupa al nuevo gobierno, sino las necesidades de mantenimiento de la ciudad. Por sí mismas, pero también por la proximidad del año santo. El ajuste al plazo legal le permitiría afrontar inversiones con esa cuantía, un destino que toda la corporación respalda.
Noriega reparte responsabilidades con los socialistas por rechazarle el presupuesto
Aunque el BNG se pasó a la abstención en el punto referido al adelanto de amortización de deuda, Bugallo no tuvo ningún problema para sacar adelante este primer pleno económico. Tampoco precisaba mayoría absoluta, aunque sí que no hubiese enfrente un bloque que la sumase. La abstención de BNG y PP le resultaba suficiente, pero los socialistas contaron con el respaldo expreso de CA. No en vano, se trataba de su gestión, aunque Noriega repartió responsabilidades. «Os expedientes tramitados este ano» vienen del rechazo de la oposición a su presupuesto para el 2019, dijo, aunque Abal (PSOE) replicó que las facturas que se estaban tratando eran del 2018, no del 2019. En cuanto al PP, además de cuestionar el importe de las «facturas no caixón» de CA, observó «deficiencia» en el expediente que fue al pleno. Y el BNG reclamó que se reconduzca el plazo de pago a proveedores a menos de 30 días.